Militares en pantalla
Expertos elegidos por Defensa comentan la guerra en televisión
La guerra del golfo Pérsico ha matrimoniado a los telespectadores con un sector social, ajeno hasta ahora a la pequeña pantalla: los militares. Son los personajes más demandados por las cadenas. Si la transición introdujo a los políticos en el mundo de la televisión, son ahora los militares -y en menor medida los estrategas- los que están descubriendo los entresijos de la comunicación. En EE UU se cotizan entre las 50.000 y las 100.000 pesetas diarias; en España no cobran, sólo reciben un obsequio.
Dos días antes de comenzar las hostilidades, el teniente coronel del Estado Mayor del Ejército Félix Sanz Roldán recibió la orden de ponerse a disposición de los medios de comunicación cuando éstos le reclamasen. "Más que una experiencia personal interesante me pareció una orden justificada; en España nunca se había pe dido la opinión de los mili tares".Veinticuatro horas después de comenzar la guerra, Félix Sanz se vio involucrado -por primera vez su vida -en la vorágine cotidiana de las cade nas. Acudió a un programa es pecial de Matías Prats, asesoró en directo a Jesús Hermida Antonio Martín Benítez (TVE), Jullán Nieto y Esmeralda Velasco (Antena 3). Desde entonces vive en las ondas "Me ha sorprendido la cantidad de gente que hace un telediario, pensé que lo hacían entre tres o cuatro, y, sobre todola presión con que trabajan".
Dotes de comunicador
Félix Sanz fue uno de los 12 militares elegidos por el Ministerio de Defensa para atender la demanda de expertos por parte de los medios de comunicación. Nunca le dijeron las razones de su elección, pero sospecha que su estancia en la agregaduría militar de Washington ha sido decisiva. "En la selección se ha tenido en cuenta las dotes de cada cual ante las cámaras o para redactar un artículo", dice Pedro Meyer, portavoz de Defensa.Los medios remiten su petición a Defensa y este ministerio contacta con el militar idóneo entre los seleccionados. Según Pedro Meyer, los expertos han sido liberados de sus tareas, pero Félix Sanz sigue mcorporándose a su despacho a las ocho de la mañana, participe o no en una tertulia nocturna.
La Dirección General de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa (DRISDE) transmitió a los escogidos tres recomendaciones: no cobrar, ir siempre de uniforme y ajustar sus opiniones a su profesión.Félix Sanz asegura que jamás ha tenido que "callar" sus opiniones y nunca se ha sentido arrinconado por otros contertulios. "Unos y otros hemos mantenido hasta ahora un fair play". "Es comprensible", apostilla Pedro Meyer, "que quien está en activo no se lance tanto como el que está en la reserva".
Alberto Piris, de 58 años, es general en la reserva desde hace dos años. Desde que estallaron las hostilidades ha intervenido en tertulias en casi todas las televisiones, ha participado en Antena 3 Radio y en Hora 25 de la cadena SER. No recibe ninguna contraprestación económica y sólo esporádicamente alguna cadena le obsequia con un reloj.
Devoto de los medios de comunicación, Alberto Piris acumula una larga experiencia en este campo. Dio sus primeros pasos en el Informaciones al inicio de la transición española: "Quise explicar a los políticos lo que eran los militares y a los militares lo que eran los políticos; hablaba de democracia y me consideraban un traidor al pasado".
Nueva imagen
Félix Sanz coincide con Alberto Piris -del que fue alumno- en apuntar una leve mejoría de la imagen social de los militares: "Estamos demostrando a la opinión pública que somos de carne y hueso, y, sobre todo, que sabemos nuestra profesión".La premura televisiva es el caballo de batalla de Alberto Piris. "Hay programas en los que tienes tiempo para expresarte y otros en los que el reloj es una obsesión, y te obligan a ser frívolo". Piris lamenta esta cortapisa en un medio que tiene una "enorme repercusión, desproporcionada a veces". Félix Sanz se muestra concluyente al valorar la aportación de los militares:"Sin duda, sobre nuestra profesión, nadie sabe más que nosotros".
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