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La guerra se acaba como espectáculo

La censura militar devuelve a las televisiones su identidad habitual

La censura impuesta por los Gobiernos involucrados en el conflicto ha acabado con la idea de una guerra espectáculo retransmitida en directo por televisión. En España, a pesar de las previsiones de los servicios informativos, el desencadenamiento de la crisis del Golfo ha desatado una avalancha de información reiterada, crónicas telefónicas y escasas imágenes, provenientes exclusivamente de la CNN. Tan sólo Tele 5 y Canal + mantuvieron desde el primer momento su estilo informativo; el resto de las cadenas tardó 48 horas en recuperar su imagen habitual.

La idea de que ésta es la primera guerra televisada de la historia se ha repetido incansablemente en los últimos días, pero la realidad ha demostrado que todo el despliegue tecnológico y humano resulta inútil cuando se topa con la censura.Tras las primeras imágenes de una guerra que parecía insípida e indolora, y que pretendía hacer creer que el enfrentamiento se produce entre misiles y no entre personas, la televisión ha mostrado su incapacidad para informar por encima de la censura.

Irak ha expulsado a los corresponsales extranjeros, Arabia Saudí ha prohibido retransmitir información sobre el despliegue militar de las fuerzas multinacionales, mientras que Israel ha censurado a su población las imágenes de la destrucción provocada por los misiles iraquíes.

La televisión mundial, que se preparaba para brindar el mayor espectáculo de su historia, tuvo que recurrir a imágenes fijas de los mapas de la región para ilustrar crónicas telefónicas que la mayoría de las veces repetían alguna información anterior.

Esfuerzo maratoniano

Como hay poco espectáculo para ofrecer, las emisoras se han convertido en líneas de teletipo abiertas en todos los hogares del mundo. Telemadrid, por ejemplo, ha realizado un esfuerzo maratoniano para retransmitir durante 40 horas ininterrumpidas la información sobre la guerra del Golfo.

Sus periodistas, instados a trabajar en mangas de camisa, han mostrado el espectáculo de un equipo joven y entusiasta que no duerme para informar, pero el 85% de su cobertura no ha aportado más que los informativos de las radios. La cadena madrileña y las autonómicas en general ya habían optado antes de que empezara la guerra por convertirse en una CNN; una cadena que retransmitiera sólo información, una vez que se desatara el conflicto bélico.

El director de informativos de la cadena autonómica, Eduardo Alonso, ha declarado que la decisión de retransmitir de forma ininterrumpida se funda en la conciencia de que se trata de una emisora pública, dirigida a una población cosmopolita como la de Madrid, que reclama información permanente.

Alonso destaca la predisposición al trabajo del equipo periodístico y técnico, en un canal que carece de los medios necesarios como para encarar una cobertura de este tipo, y admite que estudia la organización de la programación informativa ante una guerra que va a durar más de lo previsto en un primer momento.

Sin embargo, la información de esa cadena y gran parte de la de Televisión Española ha sido reiterativa, con abundantes resúmenes para llenar los espacios vacíos, e invitados especiales que repiten y comentan las noticias en un intento de adivinar lo que ocurre.

Como muestra de lo que sirven las premoniciones de un experto en este tipo de conflictos, figuran en primera línea las manifestaciones de un catedrático de Economía que no creía que fuera a haber guerra pocos minutos antes de que Ton Martín Benítez, que lo estaba entrevistando, informara a la población de que Bagdad estaba siendo atacado.

En general, ninguna cadena se ha distanciado de la historia oficial que contaba el Pentágono augurando un éxito rápido y rotundo, lo que demuestra que ni el despliegue de medios humanos y técnicos, ni la disposición de los periodistas a arriesgar su propia vida alcanzan para superar la gran diferencia tecnológica que existe entre las emisoras de Europa y la CNN. El director de los servicios informativos de Canal + José María Izquierdo explica que la cadena optó por mantener su estilo informativo, tras plantearse desde un primer momento si era correcto interrumpir una programación por la cual pagaban sus abonados. Tanto el informativo programado como los boletines especiales ofrecieron informaciones exentas de opiniones, y seleccionadas de forma tal que el espectador recibiera en pocos minutos una síntesis de lo que estaba ocurriendo. Izquierdo manifiesta que Canal + no se puede permitir en este momento una imagen distinta de la cadena, porque después sería muy difícil remontarla.

Tele 5 también mantuvo su estilo. Según Luis Mariñas, el criterio fue analizar y dar claves que ubicaran la información en el contexto, para ofrecer al espectador la posibilidad de interpretarla por sí mismo.En la noche del viernes, todas las cadenas nacionales habían recuperado su imagen. En El espejo, de la segunda cadena, y en La clave, de Antena 3, se denunció la falta de información propia que sufren las televisiones del mundo, con excepción de la norteamericana.

Las pocas imágenes que se han recibido hasta el momento evidencian una victoria de los comunicadores del Pentágono que han logrado transmitir en los primeros días la idea de un enfrentamiento incruento. Las imágenes del bombardeo de Bagdad muestran un tipo de guerra que se parece más a los videojuegos que a los terrores que se acostumbra a ver.

La guerra verdadera, la que se intuye después de tantas películas, se verá dentro de unas semanas, cuando lleguen las imágenes de los velatorios y se vea a George Bush y a Sadam Husein visitando a los mutilados en los hospitales.

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