La mejor lección que se puede sacar de Perth

La natación española saldrá del Mundial con el mejor resultado de su historia, pero con una sensación decepcionante. Dos nadadores, Martín López Zubero y Sergi López, son figuras prominentes en el panorama mundial. Ellos son el principio y el fin de de las esperanzas españolas, aparte del waterpolo, que siempre ha tenido un buen crédito. Los éxitos de Martín y Sergí pueden provocar un efecto beneficioso en la natación, como ha ocurrido en otros deportes que vivieron durante años de las hazañas individuales, como el tenis o el golf. Ésa es la mejor lección que se puede sacar de Perth.En cualquier caso, la natación hispana tiene abierta una fractura entre los resultados de Martín López Zubero y Sergi López y las desastrosas actuaciones del resto. En este punto, conviene no olvidar que Martín López Zubero es un producto genuinamente americano y que Sergi López tuvo que acudir hace cuatro años a Indiana en condiciones muy precarias, sin apenas atención por parte de la Federación Española. Con Martín López Zubero, el deporte nacional se ha encontrado con un regalo fastuoso. Apenas se maneja en castellano y sólo viaja a nuestro país para competir en los campeonatos nacionales. Pero ha vencido en un Mundial y merecería la pena que su victoria tuviera alguna trascendencia.

Esfuerzo individual

Sergi López abandonó Barcelona a los 18 años. Su caso es el del triunfo de la calidad y el esfuerzo. Enfrentado a la Federación Española, acudió a la Universidad de Indiana para intentar su progesión como nadador, algo que muchos ponían en duda en nuestro país. No sabía inglés, estuvo desorientado en una cultura muy diferente y sólo encontró la ayuda de su amigo Kimbo Vallejo, otro nadador maldito para la federación. Su condición de ganador le llevó a abandonar Indiana y buscar en Washington los consejos del maestro húngaro Nagy, el hombre que convirtió al estadounidense Mike Barrowman, un discreto bracista, en plusmarquista mundial. Por el camino, Sergi ganó un medalla de bronce en los Juegos de Seúl. Ahora es plusmarquista europeo y está dispuesto a batir a Barrowinan.

Ninguno de los dos ejemplos son muy agradecidos con la estructura de la natación española. El resto de nuestros nadadores ha fracasado en este Mundial y las perspectivas no son mejores. No funciona ni la base, ni la supuesta élite de nadadores, por mucho que las ayudas económicas sean muy superiores a las que reciben los estadounidenses, por ejemplo. Nadie parece fijarse en un país como Italia, de características parecidas a las nuestras. Italia paga bien a sus nadadores y envía a algunos a Estados Unidos, pero la seriedad y la eficacia de sus rectores marca la diferencia. Italia saldrá del Mundial consagrada como una gran potencia. España sólo consagrará el apellido López.