Tráfico prevé un 'martes negro' por el paro en el Metro y la vuelta a clase de 700.000 jóvenes

Los responsables del tráfico auguran para hoy un martes negro en la capital por la coincidencia en horas punta de los paros de los conductores del Metro, la avalancha de vehículos por el regreso de unos 700.000 estudiantes a sus centros educativos -muchos de ellos, a bordo de 3.000 autobuses escolares- y el final de las vacaciones navideñas. El paro en el Metro fue ayer absoluto por cuarto día. Al cierre de esta edición, las partes en conflicto estaban reunidas para intentar acabar con la huelga. Pero las posibilidades de acuerdo parecen haberse esfumado, ya que 60 conductores han sido sancionados por incumplir los servicios mínimos. La empresa ha perdido hasta el momento 100 millones por el paro.

Los 1.200 conductores del Metro volvieron a secundar ayer los paros parciales (de 6.30 a 8.30 y de 17.00 a 19.00), que afectan a 400.000 usuarios. El sindicato de Conductores, convocante de la huelga, y la compañía Metro de Madrid comenzaron a negociar ayer, aunque ambos seguían atrincherados en sus respectivas posturas.Los conductores habían advertido que un simple apercibimiento de sanción supondría el endurecimiento de las movilizaciones. Nueve maquinistas fueron suspendidos ayer de empleo y sueldo, según Javier Gómez, portavoz del Sindicato de Conductores. "En estas condiciones no puede haber acuerdo", añadió.

Los maquinistas siguen exigiendo para desconvocar la huelga que se cumpla el acuerdo firmado el 11 de marzo, que, según su interpretación, supone una subida de sus salarios anuales de 200.000 pesetas en cuatro años. La dirección rechaza ese acuerdo por entender que está superado por el convenio colectivo, firmado posteriormente, y además teme ceder ante los conductores "porque el resto de los trabajadores exigiría luego lo mismo".

La empresa convocó por escrito ayer a los conductores para negociar. Esta llamada es considerada por los huelguistas como un intento de "lavar la cara de la empresa", ya que se produce justo un día antes de que los maquinistas se reúnan en asamblea para estudiar el conflicto y coincide con la notificación de las 60 sanciones de empleo y sueldo de ocho días (la mínima, según la empresa) por faltas graves.

La empresa ha enviado a 500 conductores otras tantas cartas para conocer por qué no cumplieron los servicios mínimos, fijados en un 60% del servicio habitual. Todas las misivas han sido contestadas igual: el Consorcio Regional de Transportes es incompetente para fijar los mínimos, que son abusivos y limitan el derecho a la huelga. Mientras, Metro de Madrid afirma que en los cuatro días que van de huelga han perdido 100 millones de pesetas (25 millones al día).

Empiezan los atascos

También ayer ya se produjeron los primeros atascos fuertes del año. El tramo que va desde la plaza de Cibeles -en pleno centro- hasta la carretera de Andalucía -en la periferia- era una "retención única", según el Gabinete Municipal de Información al Tráfico. Lo mismo ocurría en los accesos a Madrid desde las carreteras de Valencia y Extremadura.

Sin embargo, los miembros de dicho gabinete advertían: "Eso no es nada con lo que se avecina mañana [por hoy]". Unos 700.000 estudiantes reanudan las clases, a las que no podrán ir en metro. Cerca de 3.000 autobuses escolares volverán a las calles, justo cuando se cierra el paréntesis en el tráfico de las vacaciones navideñas. Todo ello hace prever una avalancha de coches a partir de las siete de la mañana. En suma, la ciudad retorna su caos habitual al tiempo que los conductores del Metro tienen previsto su quinto día de huelga.