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Entrevista:

"El trabajo es mi píldora para evitar la muerte"

El técnico cumple hoy 100 días en el club

El yugoslavo no pudo recibir mejor regalo de aniversario que el 40 ante el Zaragoza con el que le obsequió el domingo su plantilla. La semana pasada, el presidente le llamó al orden por la derrota de su equipo ante el Mallorca, los jugadores criticaron públicamente su sistema y peligró su continuidad. Pero consiguió que su equipo goleara en clara inferioridad numérica, elevó los ánimos de la sufrida parroquia colchonera y salvó la cabeza.Pregunta. La goleada ante el Zaragoza ha sido una manera extraordinaria de celebrar sus cien primeros días en el Atlético.

Respuesta. ¿Cumplo cien días? No lo sabía. Días como los del domingo son buenos siempre.

P. ¿Cómo valora estos cien primeros días en Madrid?

R. He pasado por muchos países, por muchos clubes y aquí tengo una satisfacción mayor. Se puede desarrollar bien el trabajo y el trabajo es mi píldora particular para evitar la muerte. Con la gente que tengo en el Atlético, aunque perdamos, puedo descansar con la satisfacción del trabajo bien hecho.

P. ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor que le ha pasado desde que fichó por el Atlético?

R. Lo mejor no ha pasado todavía, tiene que llegar. Y lo peor, sin duda, la manera de entrar. No sabía las cualidades de mis jugadores, ni su ritmo de trabajo. Esto me costó muchas críticas, pero sabía que no era mi problema, tan sólo, era cuestión de tiempo y de victorias. Los malos resultados eran la consecuencia lógica de los comienzos, pero con el trabajo llegan los triunfos, es ley de vida.

P. ¿Qué opinión le merece la afición rojiblanca?

R. Nunca había visto un comportamiento igual que el del pasado domingo. Los últimos minutos del partido ante el Zaragoza me los pasé mirando al público y observando cómo vibraba cada vez que tocaba el balón Sabas. Esta afición tiene hambre de éxito, ha aprendido a perder, a sufrir y por eso te perdona más que si viviera de triunfos. Con esta parroquia es más fácil trabajar, se muestran satisfechos con poco. Con todo, es un público de un club grande y necesita ganar. Este año y el próximo debe hacerlo.

P. ¿Es peligroso trabajar con la tensión que genera Jesús Gil?

R. No, hombre, no. Tiene una voluntad enorme. Es muy fácil criticarle desde fuera, pero cuando se le ve desde dentro te das cuenta del esfuerzo que hace por el club. Si pensara eso no habría venido. Yo he tenido siempre un gran respeto a los presidentes porque son los patrones. Yo soy un simple oficial a sus órdenes.

P. En España se vive con mucha intensidad el fútbol, ¿le ha sorprendido?

R. Hay muchos países donde se vive con intensidad este deporte, pero más en España e Italia. Aquí no te puedes imaginar una comida sin hablar de fútbol. Por eso, es más difícil dormir.

P. ¿Le ha costado adaptarse?

R. No, es muy fácil. Yo poseo una especial cualidad para conseguirlo. A los jugadores les trato como a mis propios hijos, porque en un club donde se trabaja al límite del conflicto si no amaras a la gente no podrías hacer nada.

P. ¿Es perjudicial trabajar al límite del conflicto?

R. Donde no se hace así no pueden llegar los resultados. Si les hago trabajar más del límite no es bueno y si les fuerzo menos tampoco. La cualidad del entrenador es encontrar ese punto límite. Si no se encuentra no existe progresión. Los dos primeros meses aparecieron muchos problemas musculares, pero ahoraque los jugadores conocen su límite no hay problemas.

P. ¿Cómo se encuentra en España en el aspecto humano?

R. Fantástico, me gustaría continuar mucho tiempo. Se come muy bien y la gente es sana. Cuando no se siente nostalgia de tu país es que te encuentras bien. Lo que es una lástima es que no he tenido tiempo para aprender el idioma a la perfección.

P. ¿Completaría su trayectoria en el Real Madrid?

R. (Pone un gesto de náuseas). ¡Quién te crees que soy yo!.

La ética de Ivic

Tomislav Ivic es un personaje peculiar. Sus aspavientos, su extroversión, le han hecho caer simpático a la gente. Quiere a los jugadores, según dice, como si fueran sus hijos., pero éstos han mostrado en varias ocasiones diferencias con él y así se lo transmitieron a Jesús Gil el pasado martes. El yugoslavo lo admite todo, incluso las declaraciones en público de la plantilla, pero reclama tímidamente una ética de mutuo respeto. Preferiría que los trapos sucios se lavaran en casa.Pregunta. ¿Se lleva bien con su plantilla?

Respuesta. Yo creo que sí, pero habrá que escuchar su opinión. Lo que está claro es que no puedo hacer felices a todos. Las declaraciones que realizaron contra mis sistemas fueron fruto de un momento caliente. Aquí es normal que los jugadores hablen y lo admito. En Italia, por ejemplo, no se permite. Habría que respetar una ética. La gente viene a ver cosas bonitas y por eso, lo malo debería ser interno.

P. ¿Su sistema es plagio o invento?

R. Mi experiencia me ha permitido crear mi propio estilo de trabajo, mi propia visión de las cosas. Con todo, me Fijo en los grandes entrenadores o en los grandes futbolistas y siempre se aprende. En mi juventud admiré a Weisweiler, Happel, Michels y Nicholson y aprendí mucho de ellos.

P. Algunos jugadores han comentado que nunca habían trabajado tanto como con usted.

R. Yo no sabía cómo se trabajaba aquí. Quiero que a lo largo de la semana se trabajen todos los aspectos. Me gusta hacer entrenamientos completos. Pero para que los jugadores realicen tanto esfuerzo es mejor hacerlo con ejercicios divertidos.

P. ¿Cómo definiría su estilo?

R. Quiero que se juegue con libertad cuando se tiene la posesión de la pelota, pero que se mantenga el mismo ritmo cuando se pierde. Es el mayor problema que he encontrado, ya que hay muchos jugadores que no mantienen esa continuidad. También soy abierto y consulto con mis jugadores para ver qué les parecen mis teorías. Por ejemplo, el domingo consulté a Tomás, que conoce de sobra a Pardeza, si creía que Solozábal podía marcarle y me dijo que sí. Un entrenador no puede ser egoísta y, pensar que la única opinión que existe es la suya.

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