254 familias participan en un plan de separación de basuras

Desde el 7 de noviembre, 254 familias de cuatro torres de la Ciudad de los Periodistas ponen una especial atención en sus cubos de basura. En unas bolsas verdes depositan los residuos alimenticios y en otras de diferentes colores los restos de envases. Se trata de un proyecto piloto de separación de basuras en origen encargado por la concejalía de Medio Ambiente al equipo Verdegaia. Esta experiencia, la primera que se realiza en Madrid sobre el tema, se hará extensiva de forma indefinida a las 1.010 viviendas del barrio el próximo 3 de diciembre.

Azorín I, Balmes I, Camba II y Cavia I son los cuatro portales de la Ciudad de los Periodistas que desde hace semanas separan sus residuos domésticos por materiales. María Luisa Tena, un ama de casa de 72 años que vive en el cuarto piso del Azorín I, considera "positiva la experiencia porque no cuesta nada hacerlo y es para un bien común". Eso mismo piensa Carmen Pérez, una funcionaria de 41 años que reside en el Balmes II, que afirma que "ya estaba acostumbrada a llevar los restos de vidrio a las burbujas y los periódicos y revistas sobrantes al portal para que los recogiera el portero o los cartoneros". María Ángeles Gracia, una estudiante de Derecho de 18 años que vive con su familia en el Azorín I, reconoce "que al principio había algún problemilla de organización, pero, en general, la cosa está saliendo muy bien".

La elección de este barrio fue debida a su estructura compacta, con bloques de tres torres con espacios interiores propios, que facilita el control del proyecto. Además, en los bloques existen cuatro sistemas diferentes de recogida de residuos. Algunos edificios disponen de tubos cilíndricos de vertido que desembocan en un contenedor común; en otros, el procedimiento es el mismo, pero los tubos son cuadrados, y también hay torres en las que el portero o los vecinos bajan la basura al vertedero colectivo.

Campo de ensayo perfecto

"Con sus cuatro sistemas de vertido, la Ciudad de los Periodistas es un campo de ensayo perfecto para aprender cómo aplicar esta recogida selectiva en diferentes circunstancias", considera Francisco Jiménez, del equipo Verdegala. El proyecto persigue la recuperación de materiales que luego puedan reciclarse en la industria.Los residuos se llevan a la planta de clasificación de Adaro, en el vertedero de Valdemingómez, donde los restos de alimentos se utilizan para fabricar abonos naturales o compost. En la planta se separan también los plásticos, divididos en grupos de plásticos gruesos y finos, y la chatarra férrica, es decir, las latas.

El objetivo final es continuar de forma indefinida con esta recogida selectiva y aplicarla a otros barrios de Madrid. Porque, como afirma Carmen Martín Marín, ama de casa del Balmes I, "lo natural es que los residuos vuelvan a utilizarse".