Las memorias de Camacho, un balance del movimiento obrero de las últimas décadas
El próximo lunes, el presidente de CC OO, Marcelino Camacho, presenta sus memorias, un importante documento para la historia del movimiento obrero en el que viene, trabajando, prácticamente, desde que abandonó la secretaría general del sindicato en noviembre de 1987. Ello no le ha impedido ejercer sus nuevas tareas en un cargo nada honorífico, participando en las asambleas y en el funcionamiento de la central como un afiliado más.
En las memorias de Marcelino Camacho, tituladas Confieso que he luchado, ha trabajado con intensidad toda la familia durante el último año. Su hijo Marcel, en las tareas de edición; su mujer, Josefina Semper, ordenando un amplio número de documentos y cartas acumulados desde que el líder sindical estaba prisionero en la cárcel de Carabanchel; su hija política, Aurora, encargada de pasar los escritos al ordenador; y los nietos, poniendo la música de fondo.Manuel Vázquez Montalbán, que junto al actual secretario general de Comisiones Obreras, Antonio Gutiérrez, presentará el libro el próximo lunes, dice en el prólogo que se trata de "una memoria total que implica la memoria colectiva de toda una sociedad" y asegura que constituye un texto necesario sin el que sería dificil entender el sentido histórico del movimiento obrero español, desde su relanzamiento a fines de los años cincuenta, y antes de la Guerra Civil.
Camacho repasa esos duros años desde que estaba en las trincheras, con apenas 20 años, y su paso por los campos de concentración, el exilio y la cárcel pero no hurta un análisis de los tiempos más inmediatos. Es implacable al abordar el papel desempeñado por Santiago Carrillo desde poco antes de abandonar la secretaría general del PCE y más aún con Julián Ariza, Juan Ignacio Marín y otros carrillistas con responsabilidades en CC OO.
Crítica a Carrillo
"La escisión de Carrillo del PCE repercutía en el sindicato", afirma el autor en el capítulo dedicado al III Congreso de CC OO, celebrado en junio de 1983, y añade que la crisis del PCE "pudo habernos hecho saltar en pedazos" porque el grupo de Carrillo quería diferenciarse de la mayoría y con ello "se jugaban el futuro del PTU. En su opinión, se superaron los graves riesgos de escisión en el sindicato, en parte, porque hizo uso de la autoridad moral que tenía.También cuenta que Jullán Ariza le reprochó que apoyase la candidatura de Antonio Gutiérrez en el IV Congreso de su retirada. Camacho afirma en el libro que Ariza olvidaba las diferencias que habían tenido "en los años de cárcel y sus duros ataques en mis debates con Carrillo. ( ... ) Daba a entender que le excluían de la secretaría general sin razones de peso, lo que significaba que no había comprendido la autenticidad de nuestro proceso interno y que yo no podía colocar a mi sucesor".
Camacho se muestra orgulloso de ver cómo el sindicato no se ha desestabilizado con su marcha y a los 72 años su mayor honor, tras toda una vida de lucha, es ver que ahora las cosas en CC OO van mejor que antes "con una mayoría más amplia y un secretario general extraordinario
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