Líder de Mayoría Silenciosa Unida
Raúl Vallés, que aún siente dolores en la cabeza y en el pecho, mantiene desde hace meses una dura batalla con el concejal Fernando Bocanegra, al que acusa de ser el responsable del acoso a que la Policía Municipal somete a los refugiados que duermen a la intemperie en la plaza de España y en los jardines del templo de Debod. Este periódico intentó sin éxito localizar ayer a dicho edil para obtener su versión del incidente sufrido por Vallés.El defensor de los africanos forzó a Bocanegra a abrir un expediente interno, destinado al Defensor del Pueblo, después de que más de una docena de "pobres negritos", como él los llama, denunciaran que habían sido maltratados y que los agentes municipales les habían rociado el rostro con gases tóxicos a finales del pasado mes de agosto.
El último incidente data de hace 12 días, cuando unos funcionarios municipales llegaron a la plaza de España y, tras cachear a los africanos que estaban durmiendo allí, inundaron el césped con el agua de un camión cisterna pintado de color naranja, según afirma Vallés, que, entre otras cosas, es promotor e impulsor del partido Mayoría Silenciosa Unida, de reciente creación, además de tener en preparación un libro de entrevistas con los protagonistas de la historia de España más reciente.
Este traductor e intérprete jurado, acreditado ante la Delegación del Gobierno, acudió ayer a la comisaría de Latina y amplió las declaraciones que había prestado horas antes en la de Centro. "Después de esto, el alcalde y el concejal Bocanegra pueden considerarse cadáveres políticos", asegura Raúl Vallés, que todavía no comprende cómo quedó en nada la investigación que él promovió sobre unas presuntas actuaciones irregulares de la Policía Municipal en la plaza de España.
