Le necesitamos, señor Benedetti
Hay cosas que de vez en cuando nos recuerdan que ahí estamos, que lo hacemos mal, que nos estamos pasando, que se nos escapan las cosas y los detalles y tragamos demasiado. Gracias por su entrañable artículo, señor Benedetti (EL PAÍS, 9 de octubre de 1990, Eclipse de la solidaridad), gracias por recordarnos que nos equivocamos confundiendo confortabilidad económica con justicia social-occidental. A menudo metemos la pata, pero no precisamente porque así lo exija la condición humana. Lo hacemos a sabiendas de que está mal hecho; pero es verdad, se piensa poco en los demás cuando nuestra nevera está llena, y no miramos en ella cuanto tenemos, sino cuanto nos falta.Seguimos necesitando gente como usted para que de vez en cuando nos miremos el ombligo y con gesto de sorpresa no echemos las manos a la cabeza-
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