El COE construirá un centro de alta tecnificación con los 2.000 millones del COOB
JUAN-JOSÉ FERNÁNDEZ El Comité Olímpico Español (COE), un organismo que nada en la abundancia económica desde la elección de Barcelona como sede de los Juegos de 1992, tiene previsto invertir los 2.000 millones de pesetas de beneficios que obtendrá hasta ese año en un centro de alta tecnificación para entrenadores de los distintos deportes. El COE trata así de encontrar una rentabilidad con futuro a un dinero que se gastaría sin frutos fijos de repartirse entre las federaciones. Precisamente, una cantidad tan grande había originado ya ciertas criticas sobre su inversión y su dudosa utilización.
El máximo organismo olímpico español, cuya única función clara es la de llevar a los equipos nacionales a participar en cada edición de los Juegos, intenta así aprovechar un dinero que, tras la elección de Barcelona en 1986, le ha convertido en rico. El COE, antes de esa fecha, sólo recibía una subvención del Consejo Superior de Deportes (CSD) cercana a los 30 millones anuales. Ahora no sólo sigue percibiendo éstos, sino también 500 del Comité Organizador de Barcelona (COOB), por la comercialización de los emblemas olímpicos y más de 200 de la Asociación de Deportes Olímpicos (ADO), como socio en los ingresos que aportan las marcas publicitarias.El COE, hasta el momento, se había limitado a organizar seminarios y cursos para técnicos, los que, unidos a sus gastos de mantenimiento interno, equivalen a los ingresos recibidos de la ADO y el CSD. El resto, 500 millones anuales, se pueden considerar beneficios netos y se ha decidido invertirlos en un centro técnico. Se ha preferido que sea para entrenadores porque ya existen varios para atletas en España.
Cuatro enviados del COE están visitando los principales centros en este campo con especial interés en su autofinanciación. Al menos, nueve en Estados Unidos, tres en Canadá y otros en Japón, Alemania, Suiza y Gran Bretaña.
Autofinanciación
El COE tiene hecho ya el proyecto de la obra y se encuentra en negociaciones con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid para encontrar el emplazamiento más adecuado. No tiene preocupación por la construcción del centro, pues no sólo cuenta con el dinero, sino que incluso sería factible hallar un patrocinador para financiarlo. El problema se centra en el futuro del proyecto. Si se quiere invertir en algo que perdure, la idea es que pueda autofinanciarse y no cerrar a los pocos años por falta de recursos. Y es que, después de 1992, el COE, que preside Carlos Ferrer Salat, volverá a ser ese organismo limitado cuya utilidad tantas veces se ha cuestionado por servir casi exclusivamente para confeccionar los trajes de los atletas olímpicos y sus viajes cada cuatro años.
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