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24 horas perdidos en el mar

Un electricista murciano y su hija, rescatados tras averiarse su barco durante una tormenta

Antonio Gil, electricista de profesión en la localidad costera de Águilas (Murcia), aprovechó el domingo para salir de pesca con su hija Carmen, de 13 años. Mar adentro, les sorprendió la tormenta y, con la radio averiada y el motor roto, pasaron 28 horas de tensión y miedo disimulado hasta que fueron rescatados y trasladados a puerto a media mañana de ayer.

Ésta es época de túnidos. Los atunes cruzan el Mediterráneo en apetecibles bancos, tanto para los pescadores profesionales como para los aficionados. Antonio Gil, que forma parte de éstos últimos, aprovechó la festividad dominical para salir al mar en su pequeña embarcación hecha en poliester y de seis metros de eslora. A las siete de la mañana, dejaba el puerto y ponía rumbo frente a Cabo Cope.Allí paso la primera parte de la jornada con su hija Carmen, de 13 años. El tiempo a esa hora era bueno y el viento soplaba hacia tierra. Pero el Mediterráneo, en esta época del año, no es mar de fidelidades, como cuenta Ginés García, patrón mayor de la cofradía de pescadores de Águilas. "El atún lo que quiere es tiempo de removida, y por eso es peligroso. Porque somos los profesionales y si no está la cosa clara no nos, atrevemos a salir, por eso no me explico cómo este hombre se hizo a la mar. Además, todos los boletines y la radio decían lo mal que estaba el tiempo". Los avisos de Protección Civil durante todo el domingo estuvieron alertando en el área mediterránea de las situaciones de peligro, según las previsiones de lluvia que hacían los observatorios. Pero Antonio se hizo a la mar con la radio rota.

Como en un relato cinematográfico en el que el guionista va introduciendo sucesos que aumentan la tensión, el motor de la pequeña embarcación empezó a fallar hasta que se rompió la reductora. Antonio Gil comentaba después que "ésas son cosas que pasan y que no se pueden evitar. Nuestra intención entonces era llegar como fuera a cualquier punto de la costa, a Águilas, a Mazarrón o a donde fuera".

La familia empezó a inquietarse ante la tardanza en el regreso y sobre las cinco de la tarde dieron la alarma.

Se avecinaba una larga noche que Antonio Gil describe con asombrosa sangre fría. "Yo temía más por la gente que nos esperaba en tierra, que estarían preocupados, que por nosotros. Además, tampoco podía ponerme nervioso para no alarmar más a la niña. Yo le dije a Carmen que teníamos que pensar las cosas con la cabeza, que eso era como una experiencia real que ella iba a vivir, porque Carmen pertenece a los scouts de Águilas".

El concejal de Protección Civil, Marcos Ruiz, explica que "entonces, un grupo de gente, Guardia Civil, policía local, scouts, todos los que pudimos, salimos andando o en coche a recorrer todas las calas".

La flota pesquera de arrastre decidió dedicarse por entero a la búsqueda. El patrón mayor, Ginés García, contaba que la mar "estaba difícil, arbolada, con vientos muy fuertes, pero hicimos un rastreo en forma para recorrer desde Cabo Cope hasta Los Terreros [ya en la provincia de Almería]". Desde el aire, al helicóptero de la comunidad autónoma se sumó otro de la compañía Pascual Hermanos.

25 horas después de que se hicieran a la mar, pasadas las 8.30 de la mañana de ayer lunes, el barco Luis Rosa González, de Antonio Carrasca, alcalde de Águilas, localizaba la embarcación a 12 millas de Cabo Cope.

A las once, el pesquero llegaba a puerto y un miembro de la Cruz Roja decía que "Carmen venía en el puente con la alegría de volver a tierra y con ganas de comer migas, porque era lo que pedía el cuerpo con este tiempo".

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