Suspendidos los funcionarios de la Universidad Complutense acusados de cohecho

Adolfo Fernández Alonso y Paloma Fernández Almagro, el matrimonio de funcionarios de la Universidad Complutense acusados de cohecho, han sido suspendidos cautelarmente de sus funciones, mientras la inspección de servicios de la universidad instruye el correspondiente expediente, según informó ayer el decano de la Facultad de Económicas, Carlos Berzosa.

Paloma Femández es secretaria del decanato, y su marido, Adolfo Fernández, es un admi nistrativo destinado en el departamento de análisis económico de la citada facultad (y no bedel, como erróneamente informó ayer EL PAÍS).

Ambos, que son funcionarios de la universidad desde los años setenta, fueron detenidos el pasado día 28 de septiembre, acusados de ser los presuntos autores de un delito de cohecho. Un estudiante denunció previamente en la comisaría de Pozuelo de Alarcón que Adolfo le había pedido 40.000 pesetas a cambio de conseguir su traslado desde Alcalá de Henares.

Según Berzosa, cada año se tramitan en la Facultad de Económicas alrededor de 1.000 solicitudes de traslado y manifestó que él siempre recibe a los estudiantes a los que se les deniega. "El estudiante que ha destapado este asunto", relató, "vino a hablar conmigo, pero en ese momento no me encontraba en el despacho por lo que fue atendido por la secretaria Paloma Fernández".

El matrimonio Fernández únicamente está presuntamente implicado en dos casos de cohecho: el primero fue el de un estudiante de un colegio universitario de la Complutense que pretendía ser trasladado a la Facultad de Económicas, y el segundo, el que ha salido a la luz. El decano ha informado que "tras hacer un chequeo de los expedientes sé ha podido comprobar que todos los traslados aceptados son correctos".