Cuatro vecinos de Pamplona declaran que el etarra muerto no llevaba armas

Cuatro vecinos de la calle de El Carmen de Pamplona declararon ayer ante la juez suplente del Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia de esta capital que el etarra Mike Castillo, muerto de un disparo en la espalda efectuado por el policía que le perseguía en la mañana del pasado 18 de septiembre, no portaba arma alguna en las manos en el momento de ser abatido, según informó el abogado de la acusación, Txemi Gorostiza.

Según relató el letrado tras la declaración de los cuatro testigos que presenciaron la persecución y muerte del miembro del comando Amaiur de ETA militar, los únicos disparos que se efectuaron en esa calle fueron los realizados por el funcionario policial contra el joven pamplonés de 23 años de edad que huía corriendo delante de él. Los vecinos coincidieron en señalar que el disparo que mató a Castillo fue realizado por el policía a una distancia de entre cinco a 10 metros. Gorostiza manifestó igualmente que a preguntas de la juez los vecinos ratificaron que una vez caído en el suelo no vieron arma alguna en la mano del terrorista o cerca de su cuerpo, ni tampoco observaron que la policía recogiera ningún objeto en el lugar.

Los dos funcionarios policiales que participaron en la desarticulación del citado comando de ETA fueron condecorados ayer en Pamplona durante los actos de celebración de la festividad de Los Ángeles Custodios. Ambos policías recibieron la cruz al mérito policial.