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Entrevista:

"Enasa representa un desafío para nosotros"

Juan Arias

Hace unos días, el avvocato Agnelli, conversando con un grupo de periodistas, les sorprendió al hacerles un elogio de su consejero delegado, Cesare Romiti, por "la inteligencia y la habilidad diplomática" con la que había llevado a cabo la operación Fiat-Enasa, porque una regla de hierro de Fiat es que no se elogia a quien cumple con su deber. Y fue como si el rey del automóvil hubiese roto de un plumazo un tabú ancestral, porque días después, Cesare Romiti, durante una entrevista con EL PAÍS, empezó elogiando a sus colaboradores: "Yo debo también mucho en esta operación a nuestra organización en España, a Luigi Michetti y a todos sus colaboradores. Lo han hecho muy bien".

Turín había amanecido arropada en la niebla. Pero por la tarde, durante la entrevista, desde el despacho de Romiti, en el último piso de Marconi, el cuartel general de Fiat, la casa madre de Turín, un sol tenue permitía ya contemplar la fantástica vista de los tejados rojizos de la ciudad ex capital del reino y de sus colinas teñidas ya por los colores otoñales.El hombre fuerte de Fiat, en su impecable traje y corbata azules, estaba orondo. Desparramaba felicidad por todos los poros. Tenía hasta ganas y tiempo de bromear mientras confesaba que le encantan las corridas, sobre todo las de a caballo, y que le gustaría asistir a una corrida goyesca.

Pregunta. Alguien ha comentado que España le ha hecho a Fiat un buen regalo vendiéndole Enasa, mientras que otros piensan que el haberla comprado supone por parte de ustedes un desafío. ¿Qué opina?

Respuesta. Que sin duda no ha sido un regalo y que más bien se trata de un desafío, porque Enasa, tras la adjudicación a Daimler Benz, desde finales del año pasado hasta hoy, ha quedado en la peor de las situaciones, ya que una empresa que no tiene una propiedad precisa, por muy buenos que sean sus dirigentes, navega sin brújula. La situación desde entonces hasta hoy se había deteriorado. Por ello creo que por nuestra parte se ha tratado de un desafío.

P. ¿Y qué les ha empujado a tal desafío? ¿Cuál es el motivo verdadero por el que han querido entrar de nuevo en España por la puerta grande?

R. Puedo asegurarle que no se ha tratado de una operación de imagen para poder entrar en España a cualquier precio. Estamos convencidos de haber realizado una operación financiera sana que, con el tiempo, será de gran desarrollo. Pero sabemos al mismo tiempo que tendremos que trabajar duramente para reconvertir la empresa hasta que podamos tener el mismo grado de automatización y de flexibilidad que hemos tenido en Italia, en Alemania y en los otros países.

Usted me ha dicho que hemos querido entrar en España por la puerta grande, pero en realidad nosotros estábamos ya en España, donde contamos con otras muchas actividades que hemos incrementado en estos últimos años. [Romiti no resiste a la tentación de hablar del viejo caso Seat]. Usted conoce muy bien, dice, cuál es mi opinión sobre Seat, un problema que aún me escuece, porque el Gobierno español y la opinión pública piensan que nosotros nos habíamos retirado y que no debíamos haberlo hecho. Pero es mejor no volver a tocar ese argumento.

Garantía de empleo

P. Lo cierto es que tanto el avvocato Agnelli como usted siguen insistiendo en que España es importantísima para Fiat, ¿por qué?

R. A nosotros nos interesa muchísimo su país, primero porque goza de una gran estabilidad política como es difícil encontrar en otros lugares de Europa; ha progresado enormemente en pocos años, y yo lo veo, por ejemplo, en la rapidez y seriedad con la que se está introduciendo en la Comunidad Europea, poniendo en marcha sus normas. Posee un índice de desarrollo notable, con gente con entusiasmo para trabajar. Es un país que no dejará de seguir desarrollándose. Le cuento una cosa: antes de que muriese Herrausen de la Deutsche Bank, en un coloquio que tuvimos meses antes de que le asesinaran, dijo que los países de Europa en los que valía la pena invertir eran España e Italia. Y yo le respondí: sobre España tenemos la misma opinión.

P. ¿Piensa mantener la ocupación en Enasa a medio plazo?

R. Sí. Nosotros nos vamos a hacer cargo de la empresa, si todo va bien, a finales de año, y no tenemos intención alguna de modificar el esquema orgánico.

P. Hay quien se pregunta que quién se hará cargo de las pérdidas de Enasa, que en el último semestre parece que ascienden a 6.700 millones de pesetas.

R. Sí, va muy mal. Por lo pronto, la operación de aumento de capital previsto para primeros de año es en función de esto. Después Enasa posee propiedades que no utiliza, y que probablemente podrán ponerse en el mercado y ofrecer plusvalías. Ya hemos estudiado el caso y sabemos que nosotros tendremos que soportar parte del peso, pero en función de la posibilidad de que también Enasa tendrá que cubrir dichas pérdidas.

P. Ahora que la ha conocido más de cerca, ¿qué opinión le merece la clase política española en el Gobierno?

R. Por lo que la conozco, la admiro. Se trata de políticos jóvenes, eficientes y determinados. Durante la negociación con Enasa yo nunca advertí en ellos otros intereses fuera de la defensa de su país y de las instituciones del Gobierno. No sólo tengo una magnífica impresión de dicha clase política sino que me resulta admirable.

P. ¿Y cómo reaccionó usted, en cambio, cuando se le anunció que Enasa había sido vendida a los alemanes?

R. Yo recibí la noticia a través de una carta del ministro de Industria, vía telefax, en la que se comunicaba que aquel mismo día Enasa había sido asignada a Daimler Benz y a la Man. Yo le respondí al día siguiente diciéndole que lo sentíamos mucho porque estábamos convencidos de que la operación hubiese sido muy útil para nosotros, para Enasa y España, pero le añadí que se trataba de un episodio que nos dolía pero que no enturbiaba nuestras relaciones con su país.

P. Mientras ustedes aseguran que en Enasa mantendrán la ocupación, han anunciado que en Italia van a dejar en paro forzoso, durante cuatro semanas, a varios miles de trabajadores. ¿Cómo se concilian ambas cosas?

R. La adquisición de Enasa es un hecho estratégico, a largo plazo. Nosotros somos la única empresa que en el campo de los camiones tenemos fábricas en Alemania, Francia, Reino Unido y ahora la tendremos en España. Por tanto, podremos repartir la producción, racionalizarla y distribuirla por todos los países.

Fábrica de coches

P. ¿Piensa que la compra de Enasa pueda acelerar ahora la creación de una nueva fábrica Fiat de automóviles en España?

R. Yo diría que son dos hechos completamente independientes. Nosotros habíamos dicho siempre que consideramos a España, por las razones que le indiqué antes, interesante para nuestras inversiones. No nos ha sido pedido nada en este sentido, pero está claro que queda aún el hecho de que -como hace seis meses o 10 días- España sigue siendo para nosotros un país en el que invertir es muy interesante.

P. ¿Es posible saber si usted hablé con DaimIer antes de aceptar la compra de Enasa? Romiti se ríe y tarda en responder.

R. Después de la noticia los alemanes estaban un poco nerviosos. Mi impresión es que ellos se consideraban seguros de poder obtener Enasa. Lo que le puedo decir es que nosotros mantenemos óptimas relaciones con ellos aunque somos competidores. Además, tenemos un accionista común, que es el Deutsche Bank, que es el primer accionista de Daimler. Ellos, después de los obstáculos puestos por la entidad antitrust alemán, creo que pensaron retirarse. Después hicieron una nueva oferta y creyeron que valía la pena hacer la operación solos sin la Man. Y estaban seguros de conseguirlo pensando que gozaban de la simpatía española. Sé que cuando se les comunicó la noticia se quedaron muy perplejos.

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