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LA CRISIS DEL GOLFO

Irán, Siria y el Reino Unido ultiman los detalles de la liberación de Terry Waite

Terry Waite y otros dos británicos reaparecerán pronto de¡ universo delos muertos vivientes. Todas las fuentes consultadas en Beirut por EL PAÍS concuerdan en afirmar que la liberación de los tres rehenes británicos en poder de musulmanes proiraníes es cuestión de semanas. Para levantar uno de los últimos obstáculos a la normalización de sus relaciones con Occidente, Irán -la patria espiritual de los secuestradores- y Siria -dueña militar de los barrios beirutíes donde están los cautivos- necesitan cerrar este espantoso capítulo del drama libanés.

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ENVIADO ESPECIAL,El paisaje de Beirut oeste, el sector musulmán de la capital libanesa, no es el mismo que el de tres años atrás. Las montañas de basura, los edificios demolidos o acribillados, la falta de agua y electricidad, los coches calcinados, los tullidos y mendigos, el ruido de los generadores, los controles militares en cada esquina; todo eso y otras muchas cosas no han cambiado. La novedad está en las minifaldas. Si hace tres años el chador parecía estar a punto de convertirse en el uniforme de las beirutíes musulmanas, la falda por encima de las rodillas ha recuperado ahora su derecho de ciudadanía.Es la obra de Siria. Los soldados de Hafez el Asad que en 1987 entraron en Beirut oeste han empujado al movimiento shií proiraní Hezbolá fuera del centro de la ciudad, y lo han confinado, bajo estrecha vigilancia, en su territorio natural: los suburbios meridionales. En el barrio de Hamra palidecen de viejos los retratos del imam Jomeini y brillan con los colores de la reciente impresión los de Asad.

Incluso sus más feroces enemigos tienen que reconocer que los ocupantes sirios han restaurado en Beirut oeste la libertad de trajes y costumbres, el consumo del alcohol y la posibilidad de salir de noche a las oscurísimas calles e ir a bailar a una discoteca.

Husein Musawi, líder de Hezbolá, ha sido mil veces acusado en la prensa occidental de saber mucho de la ola de secuestros que entre 1984 y 1987 vacío Beirut oeste de occidentales. Pues bien, Musawi acaba de decir que si los norteamericanos y los europeos no hacen "nuevas tonterías" en Oriente Próximo, sus ciudadanos no tendrán nada que temer en Beirut. Al contrario, "podrán venir a nuestros hoteles a divertirse, tomar el sol y bañar se; podrán pasearse tranquila mente por Beirut oeste y los suburbios meridionales".

Una de las tonterías que en lo, años ochenta llevó a los partidarios libaneses de Jomeini a cebarse con los occidentales residentes en Beirut fue el apoyo norteamericano y europeo a Sadam Husein en su guerra agresiva contra la República Islámico de Irán. Ese problema ya no existe, e Irán y, aún en mayor medida, Siria, su único aliado árabe, se encuentran del mismo lado que Occidente en el conflicto del Golfo.

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Diálogo

En Beirut se da por seguro que Hafiez el Asad y el presidente iraní, Hachemi Rafsanyani, hablarán de los rehenes de Líbano este fin de semana, cuando se entrevisten en Teherán. El embajador británico en Beirut y Mohamed Husein Fadlala, líder espiritu4l de Hezbolá, lo han hecho hace apenas unos días.

De la docena de rehenes occidentales, los británicos son: John McCarthy, periodista de una cadena de televisión, capturado en abril de 1986; Terry Waite, enviado especial M arzobispo de Canterbury, desaparecido en enero de 1987, y el piloto retirado Jack Mann, secuestrado en mayo de 1989.

Antes de la crisis del Golfo, Irán ya había abierto con cuentagotas el grifo de la liberación de los rehenes. Un irlandés, dos norteamericanos y dos suizos recuperaron su libertad en la primera mitad de este año.

El irlandés Brian Keenan declaró haber podido escuchar y entrever durante su cautiverio a Terry Waite, sobre cuya muerte algunos medios occidentales habían especulado en 1987.

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