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El Barça de baloncesto se arroga el registro de los pisos de jugadores sospechosos de drogarse

Robert Álvarez

Los jugadores de baloncesto del Barcelona no están dispuestos a aceptar varios de los puntos del nuevo reglamento de disciplina que su club pretende imponer a partir de esta temporada. Las nuevas normas de conducta para los integrantes de la plantilla azulgrana están inspiradas en el reglamento interior del Boston Celtics, de la NBA, y han sido redactadas por el cuadro técnico azulgrana que encabeza el gerente general, Aíto García Reneses. Entre las prohibiciones tipificadas figura la del consumo de drogas. Si se considera que existen indicios de consumo, el club puede registrar el domicilio del sospechoso. En caso de encontrarse evidencias, se prevé una sanción inicial del 50% del salario del jugador en cuestión.

Los técnicos del club azulgrana argumentan que el nuevo reglamento interior se ha elaborado con la intención de "no dejar ningún cabo suelto pensando en la evolución de la sociedad". La elección del reglamento del Boston Celtics como fuente de inspiración se debe a que, de entre los clubes de la NBA, es el que resulta más similar a los equipos europeos, se tuvo acceso al mismo a través del yugoslavo Dino Radja, uno los jugadores que el Barcelona quiso contratar para esta temporada y que además estaba hasta ahora en el Jugoplastica a las órdenes del entrenador azulgranal Bozidar Maljkovic, pese a que tenía un precontrato firmado con el club de Boston.El punto que hace referencia a las drogas es uno de los que más ha sorprendido a los jugadores azulgrana que intentarán llegar a un acuerdo con Aíto, Maljkovic y el presidente de la sección, Salvador Alemany, para corregir un reglamento "que no nos parece correcto y que no aceptamos".

Presunción de culpabilidad

Uno de los componentes de la plantilla azulgrana indicó ayer: "Ni tan siquiera la justicia ordinaria parece que tenga derecho a imponer alguno de los puntos de la normativa"."Además", prosiguió, "da la impresión de que se nos trate como a culpables". Los jugadores, pese a que no son contrarios a que se prohiba el consumo de drogas, creen que no es necesario que se tipifique puesto que no conocen ningún precedente ni indicio. Opinan que si el reglamento del Boston Celtics recoge este tema se debe a que en Estados Unidos existen bastantes casos.

Otros puntos que se recogen en la primera redacción del reglamento de orden interno son según publicó El Mundo Deportivo: las prohibiciones de fumar, de tomar más de una cerveza al día, de vestir bermudas o pantalones cortos en los desplazamientos o cuando se acude a disputar un partido, y de escuchar música sin auriculares o ver la televisión con un volumen que pueda molestar en los desplazamientos y hoteles.

Se especifica también que los jugadores deberán acudir a los partidos debidamente afeitados y con un aspecto que no dañe la buena Í imagen del club, y que se multará con mayor severidad que hasta ahora la falta de puntualidad a los entrenamientos, partidos o convocatorias y el exceso de peso.

"Siempre hemos tenido un reglamento y nunca ha habido el menor problema", indicó ayer otro jugador del Barcelona, "pero no creemos que la finalidad de este reglamento sea la de castigar cuanto haga un jugador. Se entra en una serie de detalles que pensamos que no tienen nada que ver ni con el espíritu ni con la finalidad de este tipo de normativas".

A pesar de su oposición a varios puntos, los jugadores esperan llegar a un, acuerdo con el club para la puesta en vigor del nuevo reglamento de orden interno.

Éste es uno de los numerosos puntos con los que la entidad azulgrana pretende irse acercando poco a poco a los clubes de la NBA, uno de los objetivos que se ha trazado su junta directiva y cuyo máximo gestor es Aíto García Reneses.

Por otro lado, las conversaciones que mantenían directivos del Barcelona y del IFA Granollers para el traspaso del alero internacional Manuel Bosch al club azulgrana quedaron bloqueadas ayer. Ambos clubes habían llegado a un, acuerdo en cuanto a la compensación económica que debía percibir el IFA, alrededor de unos 40 millones de pesetas. Sin embargo, no hubo entendimiento en cuanto a la compensación deportiva que debía completar la operación entre los dos clubes.

La directiva vallesana propuso la cesión del pivote estadounidense Steve Trumbo y deseaba, además, que los jugadores junior del Barcelona que pretendía se incorporaran a su equipo a todos los efectos y no en calidad de cedidos como ofrecía el club azulgrana.

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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