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La otra cara de 'El precio justo'

Cuatro canarios denuncian no haber recibido sus premios 14 meses después de concursar

Cuatro concursantes canarios del programa El precio justo se consideran burlados por Televisión Española. Dos de ellos, María Lourdes Rodríguez Castellano y Víctor Manuel Méndez Suárez, aún no han recibido parte de los premios -los de mayor cuantía- a pesar de que han transcurrido más de 14 meses desde que los ganaron en un programa emitido en junio de 1989. Un tercero, Fernando Betancor Hidalgo, cobró un yate en dinero contante el mes pasado, cansado de esperar. La otra persona afectada, Carmen Rivas Fernández, tuvo que recurrir a un abogado para obtener, en diciembre del año pasado, el bungalow que le había correspondido.

Aurelio Pérez, del departamento de producción de El precio justo, señala que la empresa Nautec, a la que Televisión Española compró en su día los premios aún por entregar (diferentes tipos de embarcaciones) no ha cumplido su compromiso."Llegó un momento en que nos dijeron que no disponían de existencias. Les dimos un plazo prudencial, pero, finalmente, hemos decidido enviar el caso a la asesoría jurídica de Televisión Española", declaró. Sin embargo, un representante de Nautec, con sede en Madrid, indica que los regalos están depositados en un almacén, pendientes de que Televisión Española se haga cargo de los gastos de transporte y aranceles para su envío a Canarias.

" Nosotros no nos hemos responsabilizado con Televisión Española de servir a domicilio los premios; sólo hemos vendido una serie de embarcaciones", indicó la misma fuente. "A nosotros no nos interesa si Televisión Española negoció con Nautec; lo que queremos es que El precio justo nos entregue los premios que hemos ganado", declaran María Lourdes y Víctor.

Actualmente, no es Televisión Española la que se encarga de gestionar la entrega de los regalos, sino una empresa, Videomedia. El programa concurso El precio justo vuelve a las pantallas el próximo 17 de septiembre.

Experiencia maravillosa

El 5 de junio de 1989 un transbordador partía de Las Palmas hacia Cádiz con 150 personas de Tenerife y Gran Canaria. Eran los elegidos para la edición número 61 de El precio justo, en su segunda etapa. El programa se grabó en los estudios de Televisión Española en Madrid cuatro días después, y fue emitido el día 26 de dicho mes.

"Aquella fue una de las experiencias más maravillosas de nuestra vida", señalaron ayer a EL PAÍS María Lourdes y Víctor. Fueron dos de los nueve escogidos (cinco de Gran Canaria y cuatro de Tenerife) en una larga noche de nervios, regalos, focos y azafatas, con Joaquín Prat como maestro de ceremonias.

Los concursantes no podían imaginarse aquella fantástica madrugada, de vuelta al hotel después de grabar, que ese mismo día comenzaría su penitencia.

Algunos premios, los menos aparatosos, pudieron llevárselos consigo a Canarias. Los más codiciados -el apartamento, el coche y las embarcaciones- serían entregados a domicilio, según consta en los certificados expedidos por Televisión Española y en los que figura la firma del productor del programa, Fernando Palacios. La organización de El precio justo comunicó verbalmente a los concursantes que dicha entrega se materializaría en el plazo máximo de 65 días.

"Desde aquel día no he sabido más de Televisión Española, y aún estoy esperando que me envíen la lancha Zodiac y la moto de agua que me gané", señala María Lourdes, de 21 años y empleada de una inmobiliaria, que piensa acudir a la organización de consumidores para denunciar su problema.

Monedas falsas

Los únicos regalos que obran en su poder (una colección de monedas de oro y plata, un equipo de submarinismo y una cámara de vídeo subacuático) pudo facturarlos como equipaje de regreso a las islas. "Por cierto, que tuve que canjear después las monedas, porque las que me traje eran falsas. Gracias que me avisó la joyería, porque en Televisión no me dijeron nada", añade la concursante.

Su compañero en El precio justo, Víctor Manuel Méndez, de 28 años y administrativo de una agencia de viajes, ha podido recuperar parte de su lote de regalos no con pocos apuros. Su automóvil todoterreno Mahindra llegó al puerto de Las Palmas de Gran Canaria, donde reside, en octubre de 1989.

Sin embargo, cuando se dispuso a retirarlo del muelle des cubrió que tenía que abonar 426.000 pesetas en concepto de aranceles. Comunicó esa circunstancia a TVE, que terminó abonando la cantidad seis meses después. "Vino Aurelio Pérez, de producción de El precio justo, y me trajo el dinero", aprovechando un viaje suyo a Gran Canaria", declara Méndez Suárez. Cuando-pudo retirar el jeep, éste tenía serios des perfectos a causa de su prolongada permanencia en el recinto portuario. "Televisión Española nos ha tomado el pelo. Hemos llamado insistentemente a los responsables del programa y nunca están", declaran, enojados, los dos concursantes, que están dispuestos a aceptar dinero en metálico a cambio de los regalos aún pendientes. Se trata de las embarcaciones náuticas. Víctor Manuel ganó un pequeño yate de cinco metros de eslora y 50 caballos de potencia, que aún no ha podido disfrutar.

Consuelo

"En Televisión Española me dijeron hace unos meses que había problemas con los regalos náuticos porque la empresa que tenía que servirlos, Nautec, incumplió sus obligaciones y había sido denunciada por Televisión Española. Cuando se lo hice saber al gerente de la misma, Guillermo Cuadrado, éste me dijo que eso era una difamación y que me llamaría más tarde para aclararme todo. No he sabido más nada de él", señala Víctor Manuel. Se consuela recordando que sabe de otro canario que concursó antes que él y que aún no ha recibido todas las piezas del helicóptero que ganó.

"Caprichos de concursantes"

El infortunio de los concursantes canarios burlados por El precio justo se destapó con la denuncia que hizo uno de ellos, Fernando Betancor Hidalgo (de 21 años, parado) hace pocas fechas al periodista Sigfrido Muñoz, del diario La Provincia. El informador se sorprendió de que Joaquín Prat restara importancia a estos casos, en una reciente, visita a Gran Canaria, al señalar que se trata de "caprichos de concursantes".Fernando negoció con Nautec la entrega de la embarcación rápida de 175 caballos, recibiendo en su lugar un importe en metálico. "Yo no tengo pasta para pagar el transporte a la, isla del yate y, como estaba cansado de que me torearan, accedí a cobrar 2.300.000 pesetas en lugar del barco, cuyo precio es 3.154.000 -pesetas. Hace pocos días fui a Madrid y cobré el talón", declaró.

Carmen Rivas, empleada de banco, tuvo que acudir a un abogado para que no le dieran gato por liebre. Después de pleitear en los tribunales consiguió que en lugar de un apartamento destartalado le entregaran las llaves de un flamante bungalow, situado en el campo de golf de Maspalomas (Gran Canaria) que apareció sobreimpresiónado en la pantalla durante el desarrollo de El precio justo.

Para ella, el "injusto desprecio" -así definió su experiencia- acabó en diciembre del año pasado.

"Cuando veo ahora el programa y a los concursantes rebosantes de alegría siempre pienso lo mismo: "No saben la que les espera", comenta jocosamente Víctor Manuel.

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