Mitos, ingenuidades, paces
El mito Marilyn no cesa. Incluso crece; La parada de autobús (TVE-1) nos devolvía a una América cruda, ingenua, con buenos vaqueros de rodeo que aprenden su lección de humildad y eón muchachas errantes con la moral intacta, con una virginidad de espíritu inagotable. Por eso los posters de Marilyn estaban en 1968 en las mismas paredes que los del Che Guevara y los Beatles: entronizaban una misma infancia. Casi simultáneamente había otro mito: el de Tarzán (TM), pero manchado. Tarzán no mató hombres. Rompía los fusiles de los blancos con un golpe seco de su rodilla. Aquí utiliza las metralletas y las bombas de mano como un experto. Además, Mike Heriry es feo. La moraleja: el valle de los hombres pacifistas, de los que no han combatido en cuatrocientos años, está amenazado por quienes quieren robar oro; para que se salve, no tienen más posibilidad, y Tarzán se lo explica, que armarse y matar. "Si quieres la paz, prepara la guerra", decían los latinos. Y Narcís Serra.El mito de la guerra, por cierto, lo desarrolla muy bien TVE. No hay guerra, pero exalta el heroísmo de sus corresponsales diseminados por las proximidades de la zona. Ya empezó con un spot ufano de su despliegue de enviados, y en Informe semanal destaca su valor personal. En efecto, las temperaturas de algunas capitales donde están agarrados al micrófono son peligrosas: menos mal que los hoteles están refrigerados. Noticias, noticias, no tienen ninguna: está bien que las den sobre sí mismos. Otras ingenuidades: menos mal que todavía quedan. Por lo menos en TVE-1, que parece seguir la vieja norma diplomática de que en casos agudos de política exterior hay que apoyar al Gobierno constituido y no llaman carnicero de Bagdad a Sadam Husein, como hace Antena 3, que tiene otra sed de sucesos y de venganzas. Su fuerza, ahora, no está en la imagen ni en las corresponsalías en tela de araña, sino en la palabra, y ha encontrado la ocasión de su corta vida: algo que les parece una causa común, una posición natural, entendiendo por naturaleza la existencia de la paz y el orden, como Rambo, que tanto ha inspirado a las gentes de la Casa Blanca. No reprime la palabra. No tiene ningún deseo de ingenuidad.,y entiende como decía, la consigna de Franco, que "la paz no es un reposo cómodo y cobarde contra el enemigo". En la duda de qué se debe hacer hoy, leamos a Franco.
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