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Muchos coches en Madrid a pesar del éxodo de agosto

El éxodo vacacional no repercutió ayer en la circulación de Madrid. Los índices de saturación en las calles de la ciudad alcanzaron el 72%, algo menos de lo habitual. Sin embargo, el tráfico fue especialmente complicado en los alrededores de los puntos en los que se desarrolla la operación asfalto. Por su parte, el metro cuenta desde ayer con menos vagones.

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Obras y atascos para los que se quedan

EL PAÍS, A pesar de la pequeña reducción, a primera hora hubo que lamentar un atasco en la zona de Gran Vía porque las máquinas apisonadoras de la operación asfalto entorpecían la circulación en la Red de San Luis, y las retenciones llegaron hasta la cuesta de San Vicente, desde donde entran los vehículos de la carretera de Extremadura. Cerca de las doce de la mañana, un camión con exceso de altura en su carga derramó en la M-30, al pasar por el puente de Legazpi, algunos sacos de harina, lo que provocó retenciones en dirección Sur.La Dirección General de Tráfico calcula que durante estos días circularán por la región unos dos o tres millones de vehículos en su tránsito de vacaciones. La hora más conflictiva de la operación salida fue las siete de la mañana de ayer, cuando los madrileños que se iban coincidieron con los que vienen cada día a trabajar, lo que impidió que se habilitaran carriles especiales.El metro no se escapa tampoco a las obras y reestructuraciones veraniegas. El inicio de las vacaciones ha determinado una importante reducción de la capacidad de este servicio. Desde ayer, los trenes que circulan por las líneas 1, 5, 6 y 10 cuentan sólo con cuatro coches, en lugar de los seis habituales, informa Luz Sánchez-Mellado.

Esta medida, ordenada por el Consorcio de Transportes y justificada por un portavoz de la compañía Metro en virtud del "descenso de más del 50% en el número de viajeros que se produce todos los años durante agosto", ha causado el enfado de muchos viajeros, que se ven obligados a utilizar estas líneas a las horas punta y que tienen que soportar una doble incomodidad: "El no poder salir de vacaciones y encima tener que ir como sardinas en lata al trabajo", comentaba ayer una empleada doméstica.Los usuarios de la línea 6 se encuentran también este mes con una dificultad añadida. Las obras de eliminación de escaleras y pasillos en la estación de Oporto han determinado la suspensión del servicio entre esta parada y la de Opañel, por lo que los viajeros con estos destinos deben abandonar el metro en esas estaciones.

El Consorcio de Transportes ha organizado una flotilla de autobuses gratuitos, con la placa "Servicio Especial", que unen la plaza de Oporto con Opañel y la plaza Elíptica, donde los viajeros afectados por la suspensión pueden reanudar su trayecto en metro. Sin embargo, los pasajeros "o bien toman el autobús desde el principio, o escogen un itinerario alternativo en metro".

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