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EE UU quiere borrar ante Yugoslavia sus otros fracasos en baloncesto

Las selecciones de Estados Unidos y Yugoslavia se enfrentan hoy (madrugada del lunes en España) en la final de baloncesto de los Juegos de la Amistad, un encuentro de referencia para el inminente Campeonato del Mundo, en Argentina. En cinco días, los norteamericanos, como siempre una agrupación de última horade universitarios jóvenes, se han crecido y han desmentido la noción de que este deporte, respecto a los aficionados, está en decadencia. Los locales borraron por completo la amargura de su derrota del martes frente a la Unión Soviética, 85-92, con sendas victorias sobre Italia, 113-76, y Brasil, 112-95.Estados Unidos sigue teniendo los jugadores de mayor habilidad, si bien sufren una falta de experiencia internacional. Ésta es la ventaja de Yugoslavia, que ha triunfado a pesar de la ausencia de sus dos profesionales de la N BA, el pivot Divac y el base Petrovic.

España e Italia se disputarán la séptima plaza en el partido previo. Se trata de un duelo entre dos cuadros que buscan desesperadamente algo positivo en este torneo. Pese a renovar constantemente su alineación, Antonio Díaz Miguel no ha podido superar las ausencias de Epi y Antonio Martín y las lesiones de sus pivots. Reitera que lo que importa es el Mundial. Pero queda la sospecha de que este equipo no sabe a dónde va o lo que quiere. Padece numerosas deficiencias, algunas fundamentales: falta de rebotes y del bloqueo necesario para conseguirlos, pobre manejo del balón y escasa fuerza mental.

Rapidez Innata

Estados Unidos superó inmediatamente su fracaso frente a la URSS con una magnífica actuación ante Italia, que, como España, es un equipo desmejorado. Por primera vez desde que reunió el conjunto, el técnico norteamericano, Krzyzewski, se aprovechó de la rapidez innata de sus jugadores para presionar y desequilibrar al contrario. Este cambio de táctica le abrió nuevos caminos a la canasta y le permitió dictar el ritmo del partido. Estados Unidos perdió la final de los Juegos Panamericanos de 1987. También cayó en las semifinales de los Olímpicos de Seúl 88 contra la URSS por la falta de ofensiva, de triples. El cuadro actual no tiene tales complejos: el viernes, 10 de 16 contra Brasil.

Ningún base del mundo tiene la velocidad y soltura de Anderson, de 19 años, de la universidad de Glorgia Tech., igual que ningún hombre grande tiene el juego completo de Owens, el escolta de 2,06 metros de Syracuse. Pero el alero yugoslavo Radja tiene una teoría original: "A los universitarios les falta jugar partidos. Ellos tiene la misma edad mientras yo compito con jugadores de otras edades y niveles. Deberían cambiar su sistema porque nada sustituye la experiencia. A lo mejor deberían realizar giras por Europa como nosotros hacemos por Estados Unidos".

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