Kilómetro y medio de cola
A base de paciencia, cientos de madríleños han desafiado al calor de los últimos días acercándose cada tarde a tramitar el ímpuesto de sociedades en la sede del Registro Mercantil. Obligados por el exiguo horario de cinco a ocho de la tarde, los últimos días del plazo han significado para ellos la aparición de inmensas colas que partían de la puerta del registro, en la calle del Príncipe de Vergara, y daban la vuelta por María de Molina, hasta llegar a la avenida de América. Total, casi un kilómetro y medio de personas que no podían entender cómo no se ampliaba el horario para disminuir tan larga espera. Y, por supuesto, con el temor de que, a pesar del plantón, era posible que diesen las ocho, se cerrasen las ventanillas y se encontrasen con el odiado "vuelva usted mañana".
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