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Se busca piso

La Embajada de España en Washington necesita una nueva sede para su delegación diplomática

España contará pronto con una nueva embajada, probablemente en la avenida de Pensilvania, no lejos de la Casa Blanca. El embajador de España en Washington, Jaime de Ojeda, ha sometido al Gobierno de Madrid tres propuestas de compra de edificios y terrenos para la ubicación de una nueva cancillería que aloje los servicios de la representación diplomática española, en la actualidad situados en un destartalado edificio en una de las zonas peligrosas de Washington.

Ojeda declaró en un reciente almuerzo con periodistas que quería celebrar la fiesta del 12 de octubre en la nueva cancillería.Las tres propuestas sometidas por Ojeda son un solar de 8.000 metros cuadrados situado a orillas del Potomac, en el lugar denominado Washington Harbour, en plena zona de Georgetown; un edificio de 10.400 metros cuadrados en el calle 22, entre las arterias K y M, y, finalmente, un inmueble de unos 6.000 metros cuadrados, recién construido, que se alza en la Pennsylvania Avenue, esquina al Washington Circle, frente al hospital de la Georgetown University y cerca de la Casa Blanca.

Las preferencias del embajador se dirigen claramente al edificio de la avenida de Pensilvania, una estructura de ocho plantas con un frente que respeta totalmente la arquitectura de la zona y el resto del inmueble retranqueado, concebido en el tipo de construcción moderna que ha hecho de Washington una de las ciudades de arquitectura más vanguardista de Estados Unidos. Aparte de su inmejorable situación geográfica, el edificio de la Pennsylvania Avenue tiene la ventaja de su localización, cercana a las oficinas federales más frecuentadas por el personal diplomático de la embajada, entre ellas el Departamento de Estado y la Casa Blanca.

La cancillería actual, totalmente inadecuada para alojar los servicios de la representación diplomática española en la primera capital del mundo, fue construida en 1928 a espaldas de la residencia del embajador, un palacete situado en la calle 16, en la peligrosa frontera de los barrios negro e hispano de Washington.

Zonas conflictivas

El palacete fue donado por una familia millonaria de Washington, los Henderson, como residencia del vicepresidente norteamericano, pero el Congreso negó los fondos necesarios para habilitar el edificio, alegando que el segundo mandatario no necesitaba vivir en una residencia de lujo. Finalmente fue comprado por España en unos momentos, la década de los veinte, en que la zona estaba de moda como la más elegante de la capital federal. En la década actual, y como consecuencia de los sucesivos movimientos migratorios, la calle 16, donde se encuentra la residencia, y la 15, donde está la cancilería, son consideras por las autoridades como zonas altamente conflictivas.El edificio, viejo, destartalado y sin ninguna comodidad para los visitantes, se asemeja más a un edificio administrativo de un país del Tercer Mundo que a las instalaciones diplomáticas de una nación europea que dentro de dos años se convertirá, con motivo de la celebración del V Centenario, de los Juegos Olímpicos de Barcelona y de la Expo de Sevilla, en el centro de atención de la opinión pública norteamericana.

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