Olazábal supera por primera vez a Ballesteros en las apuestas del Open Británico de golf

El inglés Nick Faldo es el favorito en las apuestas del Open Británico de golf, que comienza hoy en Saint Andrews (Escocia), la cuna de este deporte. Pese a su leve lesión de muñeca, el vigente campeón del Masters de Augusta cotiza 7 a 1. Por vez primera se cuenta antes con José María Olazábal, 14 a 1, que con Severiano Ballesteros, 16 a 1, aun cuando éste fue en 1984 el último ganador del torneo en esta ciudad universitaria. La actual edición dispone de 825.000 libras (unos 150 millones de pesetas) para premios, de las que el ganador recibirá 85.000 (15,5 millones de pesetas).

Saint Andrews, 72 kilómetros al norte de Edimburgo, presume de su universidad, la más antigua de Escocia, pues fue creada a principios del siglo XV, y del golf, un deporte que gestó en aquellos años y que hoy es regido precisamente por su Royal & Ancient Club. La relación entre sus habitantes permanentes, unos 15.000, y sus ocasionales estudiantes, unos 4.000, es casi de 4 a 1. En cambio, podría convenirse que es de a 1 a 1 respecto a los golfistas. Como suele decirse, los niños nacen con un palo y una pelota en las manos. No es de extrañar que todos los participantes en el Open, desde Severiano Ballesteros hasta Mark Calcavecchia (EE UU), el defensor del título, coincidan en que este escenario, mejor o peor que otros, les aporta unas sensaciones especiales. Es el reencuentro con los orígenes.A Ballesteros le supone además revivir el triunfo más espléndido, según ha confesado, de los tres que ha logrado en el Open. Sin desdeñar a los que consiguió en Lytham & Saint Annes en 1979 y 1988, el de Saint Andrews en 1984 todavía le hace vibrar. La mayoría de las cuestiones que los periodistas le han planteado en estos días han girado en torno a él y las ha respondido con satisfacción. Por añadidura, los organizadores le han colocado como compañero de partido en los dos recorridos iníciales a Tom Watson (EE UU), el pentacampeón (1975, 1977, 1980, 1982 y 1983) al que hundió entonces en la miseria golfística de la que aún no ha emergido del todo, y que ha recurrido como cadd¡e al británico Nick de Paul, el que lo fuese del cántabro, ya que "algo debió de influir en que Sevvy no tuviera que pisar como yo las trampas de arena". La terna la completa Nick Price (Zimbabue), al que Ballesteros derrotó en 1988. Así, pues, dos rivales directos con ánimo de desquite, pero también dos fuertes estímulos para superar la irregularidad que le acosa y que le ha obligado a tratar de modificar algunos detalles de su swing con la ayuda de su hermano Vicente. "En el golf todo puede ser diferente de un día para otro. Espero que el tono de mi juego se eleve esta semana de forma decisiva", expone.

Mientras tanto, José María Olazábal, unido al legendario Jack Nicklaus (EE UU) y a David Frost (Suráfrica), ironiza con que "no es bueno concederse ni siquiera unas mínimas vacaciones". Un mes atrás se impuso en el Open de Irlanda. Estaba radiante, luego de que en mayo se hubiese anotado también en el Open Internacional, en Saint Mellion, su primera victoria profesional en el Reino Unido, y se consintió siete días de descanso absoluto y otros siete de relativo, "dando bolas".

Su reaparición en el Open de Escocia no pudo ser más funesta: "Estuve terrible y quedé eliminado en el corte. Nunca había experimentado un cambio tan radical. Pero me he puesto a trabajar con dureza y confío en que todo vuelva a la normalidad". Tras su éxito irlandés, habría apostado por sí mismo para el Open. Ahora tiene más recelos. Sin embargo, los pronósticos le sitúan por vez primera por delante de Ballesteros, algo significativo sobre la evolución de ambos. El líder en las cotizaciones es Faldo (7 a 1) y le siguen Greg Norman (Australia, 9 a 1), Ian Woosnam (Gales, 11 a 1), Olazábal (14 a 1), y Ballesteros (16 a 1).