Los diferentes Vértigos de Pamplona
Las fiestas de San Fermín en Pamplona producen vértigo. La fuerza que se siente en la plaza del Ayuntamiento en el chupinazo es el bombeo del corazón de la ciudad que dispara y pone en movimiento todos los resortes, hasta inundar con una gracia especial cada rincón de la ciudad. Vértigo de la unanimidad ante lo grandioso de vivir las fiestas. Porque cada uno lleva los poros abiertos por donde sale la gracia y entra el encanto o la magia.Vértigo al presenciar cómo uno y mil muchachos indefensos son capaces de resistir unos metros de carrera delante de unos pitones inverosímiles que barren la calle; que embisten o pasan de largo. La desfachatez y el embrujo del carnaval, la valentía o la fatalidad taurina en el encierro, la tradición religiosa, la autoridad que preside y se vilipendia. Los sanfermines duran nueve días y se añoran el resto del año. ¡Son tantos años! ¿A quién no le gusta sentir un poco de vértigo?- .
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