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Uno de los detenidos de Niños de Dios es un 'pastor' de la secta

Uno de los detenidos por los Mossos d´Esquadra (Policía Autonómica catalana) en la operación contra la secta Niños de Dios del pasado domingo, en Barcelona, ha sido identificado como pastor de la organización, es decir, miembro de la jerarquía y con capacidad de mando sobre los seguidores. El pastor, de nombre Agustín aunque dentro de la secta utiliza el de Gedeón, lleva un mínimo de 17 años en la secta y es el máximo dirigente de Cataluña, cargo que también había ocupado en Valencia. El supuesto dirigente se encuentra en libertad provisional y deberá personarse dos veces al mes ante el titular del juzgado de Sabadell, Ramón Tomás Climent, que instruye las diligencias del caso.La identificación se produjo gracias a la declaración de un ex adepto de la secta que le reconoció en la noche del viernes a través de las imágenes de televisión. Una llamada anónima a la Policia Autonómica catalana, procedente de Madrid, ratificaba la misma declaración. El pastor hacía frecuentes viajes en avión a países extranjeros y mantenía contactos con altos dirigentes de la organización. Así, la jerarquía conoce cuál es el paradero de los sectarios, extremo imposible de confirmar para alguien ajeno a la secta. Un ejemplo de ello, es el caso de un hombre que desde hace años ignora donde se encuentra su mujer y su hija.

El ex adepto y su compañera tuvieron relación directa con el pastor en 1978 en Valencia, cuando ambos se trasladaron a aquella ciudad para residir en una colonia de la secta, después de abandonar Cataluña por orden de los superiores de la organización. El cambio de domicilio obedeció a que la pareja todavía mantenía estrechas relaciones con sus familias y su círculo de amistades, lo que es incompatible con la vida sectaria.

En su declaración, que se prolongó durante varias horas ante los Mossos d'Esquadra, el ex adepto afirmó que el pastor intentó convencerle para que su compañera se convirtiera en pececita, término que utilizan en la organización para referirse a la prostitución. La propuesta no fue bien acogida por el ex adepto, entre otras cosas porque su compañera estaba a. punto de tener un hijo. El mismo pastor fue el que obligaba a los dos a trabajar para la secta, vendiendo folletos de la organización por la calle, actividad que en el grupo se denominaba litificar. El avanzado estado de gestación de la mujer no fue obstáculo para que el pastor le obligara a trabajar hasta prácticamente tener el niño.

"Litificar" y "testificar"

"Si no litificas, no comes", le dijo el pastor al ex sectario, según consta en su declaración, cuando éste se reveló ante el líder al estar cansado de predicar en la calle. Cada adepto debía de aportar un mínimo de 5.000 pesetas diarias por la venta de folletos. En caso contrario, el pastor sancionaba a sus seguidores con la obligación de testificar, que significa predicar la doctrina de Moisés, líder de la secta, abordando a los ciudadanos en la calle.El ex adepto, que abandonó la organización seis meses después de ingresar en ella, acusó al pastor de tener contactos en clínicas privadas de Valencia, a donde eran conducidas las sectarias que iban a tener un hijo. En su caso, el pastor le indicó que no se preocupara por el parto de su compañera porque podría ser ingresada en aquel centro. Sin embargo, una información periodística publicada sobre el supuesto tráfico de niños en la secta dio al traste con los planes. La mujer tuvo el niño en un centro público y los tres regresaron a la colonia, donde fueron recibidos con una ceremonia de felicitación por el nacimiento. Sútilmente, el pastor le indicó que el bebé era un hermanito más para la organización, lo que implicaba que en un futuro se debían de desprender de él.

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