Glenda Jackson
La actriz estrena hoy 'Madre Coraje', de Brecht, en Londres
Glenda Jackson pisa hoy las mismas tablas del Mermaid Theatre sobre las que debutó como actriz profesional en Londres hace un cuarto de siglo largo. Aquella joven actriz es ahora una mujer de 54 años dispuesta a hipotecar una triunfal carrera interpretiva por "la más modesta forma de vida política". Jackson aspira a ocupar un oscuro escaño en la Cámara de los Comunes.
La épica Madre Coraje creada por Bertolt Brecht es la que trae esta vez a Jackson a la escena londinense, donde insufla vida a un papel ansiado durante años y ya interpretado en Glasgow con satisfacción de la crítica.
Al hablar con Jackson se mezclan inevitablemente pasado, presente y futuro; arte y política; teatro y vida. "No tiene un pizca de víctima en ella. Siempre está plena de energía", dice de Madre Coraje, cuando podría estar muy bien hablando de sí misima. La actriz reitera su conocido lamento de que el teatro está hecho para lucimiento del varón, aunque reconoce su suerte, siempre en primeros papeles. "Para el hombre hay una cadencia de logros, que va de Hamlet a Lear, paralela al desarrollo del carácter masculino y al desarrollo como actor. Para la mujer no hay tal. Incluso el drama contemporáneo no tiene en cuenta la contribución de la mujer a nuestra sociedad".
Eso no significa que todas las contribuciones femeninas sean loables, y para Jackson el caso de Margaret Thatcher es ejemplar. Ella se va a lanzar a la palestra política con la ambición de deshacer los entuertos perpetrados por la dama de hierro. "Es que no puedo soportar lo que le está ocurriendo a este país. Si hay algo que yo pueda hacer para cambiarlo, quiero hacerlo. Si no lo salvamos ahora no va a quedar mucho país que salvar".
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