La 'coca-cola' de los años noventa

Cuando Ted Turner, hace ahora 10 años, propuso una cadena por cable con 24 horas ininterrumpidas de noticias -Cable News Network (CNN)-, la industria entera de la comunicacion rió la ocurrencia del magnate. Hubo quien le dio un apodo a la nueva empresa, jugando con las iniciales de la cadena: "Chicken Noodle Network", algo así corno "la cadena de sopa de pollo con fideos". Hoy, cumplida la década y recuperados con largueza los millones de dólares en pérdidas durante los cinco primeros años, esta sopa se puede tomar en 85 países de todo el mundo y, los máximos ffiri,entes y fideres de opinión del planeta figuran entre su selecta audiencia. La rapidez y agilidad para servir la infórmación desde cualquier parte dei, mundo al resto de él y a cualquier hora son sus triunfos.La primera oportunidad informativa, cuando la CNN sólo llegaba a 1,7 millones de hogares norteamericanos -hoy llega a 54 millones y tiene 14 oficinas abiertas en el resto del mundo-, fue la noticia del intento de asesinato del líder de los derechos civiles Vernon Jordan. Desde entonces, la cadena, con base en la moderna e informatizada unidad de Atlanta (Georgia, Estados Unidos), se ha convertido en una fuente imprdscindible de información para políticos, banqueros, hombres de negocios, diplomáticos y periodistas. Hace tiempo que Ted Turner ha dejado de llamar de puerta en puerta vendiendo sus servicios. Ahí están, en la historia reciente, las 17 horas continuadas de cobertura en directo cuando se produjo la caída del Gobierno de Ceausescu en Rumania, las casi 24 horas de información ininterrumpida desde Tiananmen o la experiencia de Panamá, en la que las grandes caderias norte americ- an as tuvieron que enterarse por la CNN de lo que sucedía. Fue también la única que dio en directo la explosión del Challenger en 1986. En 10 años, la CNN, introducida en Europa en 1985 -cuatro millones de suscriptores por cable, 43 empresas periodísticas, 25 televisiones, 25 agencias del Gobierno y embajadas y 17 aeropuertos-, se ha convertido en una empresa boyante, con 340 millones de dólares ingresados en 1989 -aproximadamente 37.000 millones de pesetas-, un 45% de ellos procedentes de la publicidad y el resto del cable y las estaciones de televisión. Su don de la ubicuidad, apoyado en la tecnología del satélite (cinco transmiten la señal de la CNN), ha dado para que algún comentarista hable de "la coca-cola de los noventa".

Pero donde toma la delantera la CNN es en la carrera contrarreloj en busca de la primicia. El tiempo, y no la política, es el origen de las presiones en la información, sostienen muchos profesionales del medio. Y la CNN, la primera en darse cuenta de las posibilidades del cable y del satélite, se ha propuesto jugar contra él. Ha trastornado los conceptos tradicionales del periodismo televisivo. El poder lanzar la noticia a cualquier hora del día es otra ventaja frente a los boletines tradicionales.

Uno imagina que detrás de este despliegue periodístico hay legiones de equipos desplazados a todo el mundo. Pero no es así. El personal internacional es aproximadamente el mismo que el de otras grandes, empresas de información, y con un coste netamente inferior, por ejemplo, a la inversión de las tres orandes cadenas norte americanas. La CNN es una de las empresas más ahorrativas con los movimientosy los salarios de sus empleados. Lo que facilita la tarea de la CNN son las relaciones precisas con las estaciones locales, clave para crear una red global.

Ted Turner no uene en la ac tualidad el total control de sus companlas -debe pedir permiso para movimientosde más de dos millones de dólares-, pero éstas tienen innegablemente el sello de este hombre que no duda en pa rodiarse a sí mismo y que es con toda seguridad la personalidad más contradictoria y controverti da del mundo de la comunica ción. Empezó comprando en 1970 una estación independiente de televisión en Atlanta y ahora es un gran magnate de la comunicación que quiere que el mundo esté en paz y sea próspero, porque "uno no puede vender coca cola o películas a alguien que no tiene dinero".