La marca del gestor

Nombrado presidente del Banco Hispano Americano en enero de 1985, este catalán que ayer mismo cumplía 70 años abordaba quizá con ese nombramiento el mayor reto de su carrera. Tenía que enderezar una entidad que, tras engullir un gran hueso como era el Banco Urquijo Unión, se había caído de los ratios de rentabilidad de los restantes seis grandes bancos españoles Una labor callada, no exenta de apoyo por parte del Banco de España, ha llevado al equipo gestor del Hispano a situarlo cinco años después como uno más entre los grandes bancos españoles.Boada pasará a la historia bancaria española por ser un gestor en el más puro estilo Hábil, socarrón y rápido de reflejos, Boada ha sabido aglutinar un equipo humano que en 1985 tenía la moral en los tobillos. Ahora, el banco aborda el 92 dentro de un proyecto europeo de alianza con entidades de primer nivel, el Grupo Europartners (Hispano, Commerzbank, Banco di Roma y Credit Lyonnais).

Sin conseguir grandes victorias, ni golpes espectaculares, el Hispano, con Boada al frente, ha efectuado una larga travesía de la crisis y ha recompuesto el tipo. A finales de 1988 vendía el Urquijo por 56.700 millones al Grupo March, la operación más negada por Boada incluso hasta el mismo día de la firma. Esta venta le supuso al Hispano notables plusvalías y para autorizarla. fue necesario el acuerdo de los demás grandes bancos y del Fondo de Garantía de Depósitos.

Bien relacionado con la clase financiera dominante y especialista en saneamientos industriales, ha pasado su examen en el Hispano. Atrás quedan otras experiencias menos brillantes, como su paso por el Banco de Madrid.