Paco Rabanne

reunió en la noche del lunes en Madrid a un sinfin de marqueses y marquesas, condes y condesas, actores y actrices, escritores, modistas y famosos varios. Así hasta 400 invitados que presenciaron la colección del modista español afincado en Francia con la que ganó el pasado mes de enero en París el Dedal de oro, máximo premio internacional de alta costura al que puede aspirar un diseñador de moda. El modista, que no había hecho un desfile en Madrid desde 1983, presentó 60 piezas de línea muy arquitectónica, con cortes geométricos y sin adornos frívolos. Entre los materiales utilizados destacaron los plásticos, las mallas, los tejidos muy brillantes y la rafia trenzada, así como encajes de metal y espejos. A pesar de que su imagen de creador de alta costura está algo oscurecida por el éxito de su línea de perfumes y accesorios, Paco Rabanne, de 55 años, no ha perdido su capacidad de convocatoria. En el Joy Eslava se dieron cita Lola Flores, aprisionada en un traje blanco y su marido Antonio González; los escritores Antonio Gala y Terenci Moix, María Vidaurreta, Petra Mateos, Cuqui Fierro, Manolo Santana y Otti, su nueva mujer; el torero Roberto Domínguez, que últimamente no se pierde una, y famosos del mundo de la moda como Elena Benarroch, Juanjo Rocafort y Manuel Piña, embutido como siempre en su modelo de bandolero andaluz. Los marqueses de Villaverde presenciaron el desfile desde la planta baja del local, mientras que Katia Guerrero, conocida por su amistad con el marqués, y María Suelves, nuera de los marqueses, lo hacían desde la planta alta.