Toni Cantó

Desde anoche y hasta el final del verano Toni Cantó encarna al legendario Orestes en la versión contemporánea que José Carlos Plaza ha hecho de La Orestiada, de Esquilo. Cantó, que se hizo famoso como presentador de televisión antes que como actor, afirma: "La etiqueta de guapo me ha perjudicado".Con 1,80 de altura, ojos de marrón limpio, 25 años de edad, Toni_"con i latina y no i griega, a la americana"- tiene una planta estupenda-, tal cual viva imagen de aquel lema de "sano, sanote, puro machote". Pero, según afirma él mismo, ser guapo también tiene desventajas. "Aquí te ponen la etiqueta de guapo, y en el reverso va escrito que equivale a merluzo o, lo que es lo mismo, a escasamente inteligente. Yo ahora estoy luchando por quitármela, aunque soy consciente que sin aquel eslabón de la tele hoy no estaría aquí".

Fue presentador estrella de La tarde, Sábado noche y también de las mañanas televisivas de Jesús Hermida, pero lo acabó dejando. "Aunque me está costando mucho quitarme aquella imagen frívola y de hombre de plástico que daba en televisión, desde hace dos años me dedico al teatro, porque es donde puedo demostrar lo que valgo y, aunque sea un trabajo más intenso, es lo que más me gusta y es el mundo más bonito".

Debutó con Los ochenta son nuestros y luego trabajó en Carmen Carmen, dirigido por José Carlos Plaza, con quien ha repetido en Hamlet y, desde anoche, en La Orestiada. "Nunca había hecho un trabajo tan duro como el de Orestes", dice Toni Cantó, "pues estoy en escena toda la segunda parte y hasta tengo coreografías con las bailarinas, que se me tiran encima y tengo que levantarlas por los aires. Pero estoy muy satisfecho".

Toni Cantó, a diferencia del personaje que interpreta en La Orestiada, dice: "Orestes se rebela, pero al final acaba pactando y decide gobernar al precio que sea. Yo soy joven, objetor de conciencia, trabajo en lo que me gusta y lo que más me importa no es el dinero, sino forjarme como un buen profesional en el teatro".