"Siempre estuve segura de que se vería mi inocencia", dice Amparo Casado
Oliva Amparo Casado, que ha sido absuelta del homicidio de la vidente María Blanca Suárez, declaró ayer: "Siempre he tenido la seguridad de que al final se vería mi inocencia". La víctima murió el 23 de agosto de 1988 tras recibir 24 golpes asestados con la mano de un almirez de bronce. "Tengo la conciencia muy tranquila", añadió en otro momento de sus declaraciones, efectuadas en presencia de sus dos hijas, Amparo y Ana.
El tribunal ha absuelto a Oliva Amparo Casado, pese a no tener plena convicción en su inocencia, debido a la "fragilidad de las pruebas" existentes en su contra. Ella dijo que no es taba preocupada por esta sombra de duda y añadió: "Yo estoy muy tranquila interiormente". Casado se mostró fría y poco comunicativa, respondiendo con frases breves a todas las cuestiones, sin mostrar excesiva emoción en ningún momento. "Me sigo preguntando todavía cómo me he podido ver involucrada en este asunto", manifestó.Sobre su experiencia en la cárcel desde que ingresó en ella el 20 de octubre de 1988, Amparo relató que "ha sido horrible", pese a que se llevaba bien con las demás reclusas. En la prisión de Yeserías trabajó en el tejido de tapices, y en la de Ávila estuvo como encargada del economato. Tras quedar en libertad la noche del pasado sábado -antes incluso de que la sala hiciera pública su sentencia-, lo primero que hizo Amparo fue abrazarse a su familia, según su propio testimonio. Al ser preguntada sobre sus planes para el futuro, manifestó: "Todavía estoy como flotando y no me lo he podido plantear". Dijo no mostrar rencor hacia nadie, aunque confesó que siente "rabia e indignación". Cuando se le preguntó si tales eran sus sentimientos hacia Antonio López Bengoechea, portero de la finca de la calle de Abtao donde vivía la vidente, o hacia el taxista Ángel García García -ambos testigos de cargo del fiscal-, ella se limitó a responder: "No se trata de rencor...". Amparo explicó que el momento más duro de todo el proceso fue el interrogatorio en la Brigada Judicial y agregó que las investigaciones realizadas por la policía le parecieron "muy limitadas".
Junto a la hasta hace poco procesada por el crimen del almirez se hallaban sus hijas, Amparo y Ana. Una de éstas declaró a los periodistas que había encontrado a su madre "muy angustiada, muy nerviosa, pero no cambiada".
La abogada Francisca Cobo reconoció que "no es muy frecuente" que resulte absuelta una persona que lleva en prisión más de un año y medio por su implicación en un homicidio. "Esto me produce una especial satisfacción porque siempre he estado convencida de que Amparo era inocente".
Cobo se quejó de que no se haya investigado suficiente en la vida de la vidente y se mostró sorprendida por el distanciamiento que han mostrado sus dos hijos durante toda la instrucción judicial.
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