El paquete bomba localizado en Burgos llevaba 22 días en Correos
Representantes de los trabajadores de Correos en Burgos han denunciado que el paquete bomba de ETA desactivado el miércoles por la policía estuvo durante 22 días depositado en esas oficinas, sin que nadie se apercibiera de que se trataba de un artefacto explosivo.El paquete bomba contenía 100 gramos de explosivo camuflados en el interior de un libro. El 18 de abril fue enviado desde Burgos a Exposegur, de Sevilla, empresa ya disuelta y que estaba relacionada con la Expo 92. El paquete fue devuelto a la oficina principal de Correos en Burgos.
Según declaró ayer a Radio Nacional Carlos García Varona, miembro de la junta de personal de Correos en Burgos, el paquete llevaba depositado en las oficinas desde el 25 de abril. Señaló además que el libro bomba fue localizado de forma visual, al inspeccionar paquetes con el mismo tamaño y tipo de letra que los recibidos en Sevilla, por lo que fallaron otros sistemas de detección.
Por su parte, el gobernador civil de Burgos, Francisco Cruz de Castro, dijo ayer que no tenía constancia de que el paquete llevara tantos días en las oficinas de Correos, ya que el matasellos era ilegible. Justificó que no se hubiera informado a los empleados por el hecho de que éstos no corrían peligro y por la necesidad de no crear una situación de alarmismo.
Francisco Cruz de Castro dijo también que desde hace días la policía estaba intentando localizar en Burgos el paquete bomba, de cuya existencia había dado cuenta la organización terrorista ETA a través de un comunicado publicado en Egin.
El 17 de abril ETA envió otros tres paquetes bomba desde la oficina principal de Correos de Burgos al comisario de la Expo 92, Manuel Olivencia, que hirió a una funcionaria, al centro de estudios penitenciarios de la prisión de Carabanchel, que lesionó a un conserje, y al Ministerio de Justicia, que fue desactivado. Los paquetes tenían como falso remite el de la Fiscalía de Burgos. En el remite del envío ahora desactivado por la policía figuraban las siglas de una empresa inexistente: "Icom, SA, ingeniería de electrónica, comunicación y seguridad", domiciliada en avenida de España, 14", dirección que no figura en el callejero de Burgos.
El artefacto desactivado por la policía, de un peso de 260 gramos, tenía unas dimensiones de 22 x 12 x 2 centímetros. Los 100 gramos de alto explosivo -cuya composición todavía no se ha determinado, aunque parece tratarse de cordón de pentrita- habían sido colocados en un libro que tenía el título de la novela El señor de los anillos.
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