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GENTE

Laszlo Tökes

Uno de los héroes de la revolución rumana, nombrado obispo

Pacifista y tolerante, dialogante y sereno, fue uno de los auténticos héroes de la más sangrienta revolución habida en Europa desde el Octubre Rojo de 1917. Laszlo Tökes, un frágil religioso rumano de origen húngaro, mantuvo durante años una lucha solitaria contra el implacable despotismo de Nicolae Ceausescu. Tras incontables sufrimientos, sometido a persecuciones, torturas y amenazas por la Securitate, la policía política, el débil venció.Ceausescu es ya tan sólo un mal recuerdo de ignominia. Tókes, que milagrosamente sobrevivió al dictador, fue nombrado el martes pasado, a la edad de 38 años, obispo de la Iglesia reformada en la ciudad de Oradea, en Transilvania.

Con una manifestación en solidaridad con Tökes, comenzó en Timisoara, en la región multiétnica del Banato, la revolución rumana. Miles de rumanos, húngaros y alemanes salieron el pasado 16 de diciembre a las calles de esta ciudad desafiando a las fuerzas represivas de Ceausescu. Cientos de ellos murieron, pero días más tarde el ejemplo de Timisoara hacía levantarse a toda Rumanía contra la dictadura. Desde el púlpito, en la calle y en la Iglesia reformista, corroída ésta por el oportunismo y la sumisión al dictador de su jerarquía, Tökes denunció en su día los crímenes de Ceausescu contra su propio pueblo. Con el triunfo de la revolución, el todavía entonces sacerdote de Timisoara se integró en la dirección del Frente de Salvación Nacional (FSN) para cooperar en la construcción de una sociedad libre en este país largo tiempo humillado.

Pronto, sin embargo, abandonó este cargo, decepcionado por los intentos del FSN y sus dirigentes ex comunistas de perpetuarse en el poder. Hoy este religioso incorruptible es ya uno de los críticos más duros de un poder al que acusa de haber traicionado la revolución y de recurrir en su gestión a métodos propios del dictador. Tökes ha condenado el mantenimiento de los aparatos represivos y las estructuras comunistas de poder que bajo otros nombres subsisten en Rumanía cinco meses después de la caída de Ceausescu. Hijo de un profesor protestante de teología, varios de sus ocho hermanos son sacerdotes como él. Desde muy joven era conocido como "un fanático de la verdad". Con su ingreso, el martes, en la cúpula de la Iglesia reformista, ésta reconoce la inmensa autoridad moral de Laszlo Tökces y rompe con la larga tradición de sumisión al poder y complicidad con la dictadura de su jerarquía.

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