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Dos hinchas holandeses, condenados a 15 y 10 meses de prisión por arrojar bombas caseras en un campo

Isabel Ferrer

Dos jóvenes seguidores del Feyenoord de Rotterdam, de 18 y 19 años de edad, fueron condenados el jueves en Amsterdam a 15 meses (cinco de ellos, condicionales) y 10 meses (tres) de prisión, respectivamente, cinco meses después de que lanzasen dos bombas de fabricación casera contra las gradas del estadio del Ajax, en las que 19 espectadores resultaron heridos, durante un encuentro de la Liga holandesa entre estos equipos, los más potentes, junto al PSV Eindhoven, del país. Ambos deberán indemnizar también a esas personas con cantidades que oscilan entre las 17.000 y las 80.000 pesetas.

El presidente del tribunal que dictó la sentencia, S. Slagter, argumentó que los hechos tristemente protagonizados el pasado 22 de octubre por los dos jóvenes resultaban demasiado graves como para inclinarse por los servicios cívicos forzados en vez de por la cárcel en su decisión final. Hasta ahora, ése solía ser el castigo impuesto por la justicia holandesa a los exaltados seguidores de los conjuntos de fútbol que causaban problemas en los estadios o fuera de los mismos con ocasión de los partidos de las diversas competiciones nacionales. El juez dijo también que ambos conocían perfectamente los efectos mortíferos que podrían tener sus actos y que, sin embargo, no dudaron en arrojar los explosivos contra el público que se había congregado en el estadio.Las bombas estaban formadas por botes de conserva de aluminio rellenos de clavos y balas de fusil. Los dos hinchas las lanzaron contra las gradas cercanas a la salida del estadio del Ajax y la onda expansiva alcanzó a personas que se encontraban situadas a. varios metros del lugar en el que se produjo la explosión. Los afectados presentaban heridas en las piernas de carácter semejante a las causadas por la metralla. Todos sufrieron además un fuerte impacto emocional a causa de lo sucedido. El encuentro Ajax-Feyenoord, de gran rivalidad, no fue interrumpido por los incidentes y concluyó con el resultado de empate, 1-1.

La vista, tensa y confusa

La vista del caso se celebró hace dos semanas en Amsterdam en medio de una gran confusión y con un ambiente muy tenso. Buena parte de los heridos estaba presente en la sala y los dos acusados tardaron varias horas en explicar al juez la razón que les impulsó a lanzar las bombas. "Sólo fue para oír el estallido", dijo uno de los dos procesados. "Lo hice contra las gradas para que el árbitro no paralizara el encuentro", declaró el otro. Poco antes de finalizar el juicio se produjo una filtración apresurada e incorrecta que convirtió en sentencia firme del juez, la que ahora se ha dictado, la petición final del fiscal de que las penas fuesen de encarcelamiento por sendos períodos de 18 y 24 meses.

En medios jurídicos holandeses, la actual sentencia parece interpretarse como un endurecimiento de las medidas legales de control de los hinchas, entre los que se observa un alarmante incremento de la violencia. Se trata también de la primera decisión grave contra éstos, que hasta el momento presente apenas eran condenados a efectuar una serie de servicios cívicos preestablecidos y a reportarse en comisarías durante varias semanas.

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