Françoise Sagan
La escritora arriesga dos años de cárcel por consumo de drogas
A comienzos de esta semana, el fiscal del Tribunal Correccional de Lyón pidió para la escritora Françoise Sagan la sanción máxima contemplada en la legislación francesa por el delito de posesión y consumo de drogas: unos siete millones de pesetas de multa y de seis meses a dos años de reclusión. La sentencia se conocerá el sábado, pero sea cual sea su resultado el proceso de Lyón ha doblado ya las campanas por un cierto estilo de vida, la "eterna juventud dorada", que Françoise Sagan encarnó como nadie.Nacida en el seno de una familia burguesa de ideas y comportamientos liberales, Sagan logró su primer y, principal impacto literario a los 19 años, con la publicación de la novela Bonjour, tristesse. Sagan se convirtió en la niña mimada de la literatura y la alta sociedad francesas. Las revistas del corazón contaron durante años sus amoríos, sus paseos en coches de lujo, su afición por la fiestas extravagantes, su militancia en la libertad y el escándalo.
Todo eso terminó cuando la policía de Lyón puso sus manos sobre una banda internacional de traficantes de estupefacientes especializada en abastecer a determinados medios literarios y artísticos de París. Sagan fue acusada de haber comprado 30,0 gramos de heroína y otros tantos de cocaína, destinados, según su testimonio, a su propio consumo y el de sus amistades.
Françoise Sagan no está acudiendo a las sesiones del juicio. La escritora, de 55 años de edad, muy minada física y psíquicamente, presentó un certificado médico y el tribunal le concedió el privilegio de ser interrogada en su propio lecho de París y ser juzgada en ausencia. El juicio es un auténtico espectáculo. Ametrallados por los fotógrafos y los cámaras, una treintena de inculpados, que la Prensa francesa llama red de la jet-set, entran en la sala formando una larga fila unida por esposas. Entre ellos, el caballero de la Legión de Honor Albert le Gallo, el periodista François Debré, el editor Harry Jankovici y el financiero Yves Leconte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.