El INI invertirá 1,1 billones de pesetas hasta 1992 para hacer frente al reto del mercado único

El Instituto Nacional de Industria (INI) tiene previsto invertir en los tres próximos años un total de 1,1 billones de pesetas, de los que 350.000 millones corresponden a este año. Este monto, que es la primera previsión realizada por el organismo público desde que se ha desvinculado de los Presupuestos Generales del Estado, supone el verdadero reto del INI en su intento de consolidarse como corporación industrial y depender únicamente de su propia generación de recursos. El grupo público, que obtuvo unos beneficios de 82.330 millones de pesetas en 1989, al hilo de ese cambio, ha encargado a la firma Landor la realización de una nueva identidad corporativa.

Las inversiones previstas por el IN¡ para los tres años que quedan para la integración plena en el mercado único comunitario forman parte de los intentos de reforzar la competitividad a corto plazo, según subrayó su presidente, Jordi Mercader, durante la presentación de los resultados del ejercicio pasado. Estas acciones, dijo Mercader, se inscriben en el nuevo marco financiero del grupo, que tiene un programa de desvinculación paulatina de los Presupuestos Generales del Estado que culmina en 1992. De hecho, este año el INI no figura en los presupuestos del Ministerio de Industria, su tutelador oficial que el año pasado aportó 40.000 millones.El organismo trata, al hilo de este reforzamiento, de adoptar una nueva identidad "como elemento diferencial frente a ejercicios anteriores", según Mercader, quien manifestó que durante 1990 "hay que intentar alcanzar una definición de lo que quiere ser el INI en los próximos años; para ello hemos iniciado un análisis profundo sobre los elementos importantes: especialización, tamaño adecuado, posición estratégica a medio y largo plazo y alcance tecnológico".

En ese sentido, el INI ha encargado a la firma estadounidense especializada en imagen Landor la elaboración de un diseño de adaptación para acompañar las otras acciones que suponen ese reto. Esta modificación llevará ligada, además de cambios de logotipo y símbolos, alguna incorporación en la nomenclatura oficial. Según fuentes del organismo, se descarta que desaparezca el nombre del INI -su pronunciación en inglés convence a los directivos del organismo-, pero es posible que se incorpore algún añadido, como Corporación. El objetivo es que el INI sea más conocido en los foros internacionales como entidad tanto industrial como de servicios.

Esta adecuación servirá, como apuntan los encargados del cambio en los primeros estudios, para las campañas de internacionaliz ación previstas por el INI, así como salidas a bolsa. El estudio se encargó a Landor en el último tr:imestre del pasado año y se espera contar con la propuesta definitiva para antes del verano. En próximas fechas, altos mandatarios del INI tienen previsto viajar a California, sede de Landor, para detallar la operación.

Menos empresas en pérdidas

El ejercicio pasado se caracterizó por la reducción de las empresas en pérdidas, y, consecuentemente, del total de números rojos obtenidos por el INI. Según los datos ofrecidos ayer, las pérdidas pasaron de 96.342 a 60.009 millones de pesetas, mientras que los beneficios se elevaron de 127.689 a 142.344 millones de pesetas. La diferencia entre ambos conceptos da unos resultados definitivos de 82.330 millones de pesetas, frente a los 30.500 de 1988. Por número de unidades empresariales, en 1989 han obtenido beneficios 35, y pérdidas, 18, por 30 y 23, respectivamente, el año anterior.

Entre las evoluciones más destacadas figura la de Ensidesa, que ha mejorado en más de 19.000 millones, para situarse en 9.145 millones de pesetas de beneficios, y la ENASA, a la que el INI ha conseguido colocar números negros de 240 millones después de casi 7.000 millones en rojos del ejercicio anterior. Además han cerrado con beneficios Initec, Foarsa, Almagrera y Suria. Este cambio ha permitido que, desde este año, el INI cuenta con más sectores positivos que negativos.

También destaca la caída estrepitosa del transporte aéreo (Iberia obtuvo 5.268 millones y Aviaco, 2.249 millones), con más de 19.000 millones de diferencia con respecto al año anterior.

El grupo eléctrico ENDESA, al que Mercader espera dar "el protagonismo que le corresponda" en la reordenación del sector, aumentó sus beneficios a 93.163 millones, a los que hay que añadir los 2.256 de la Empresa Nacional del Uranio.

El INI continuó durante el pasado año su política desinversora, aunque esta vez recibió por ese concepto 13.000 millones cuando el anterior se había elevado a cerca de 35.000. En 1989 vendió ENASA, Enfersa y las empresas de material ferroviario La Maquinista y Ateinsa. Las dos primeras todavía figuran en el balance de 1989 al haberse hecho a finales del ejercicio.

La facturación del grupo se acercó a los dos billones de pesetas, con unas exportaciones de 530.000 millones y un cash-flow de 284.000 millones.

La generación interna de fondos, una vez desagregados los dividendos repartidos, se situó en 243.000 millones de pesetas. En 1989, la aportación estatal fue de 142.000 millones, que junto a los ingresos por desinversión y el endeudamiento totalizaron 239.000 millones. Esta cifra, más la generación de fondos y una vez deducida la variación del endeudamiento (150.000 millones), sirvió para configurar el plan de inversiones.