Horario de verano en el Madrid

"Los galeses estamos muy preocupados por la mala actuación de nuestro equipo de rugby en el Cinco Naciones. Es increíble que la final la disputen Escocia e Inglaterra. ¿Que si voy a ver el baloncesto...? El baloncesto no me gusta, y ni siquiera sé qué es eso de la NBA", explicó ayer en su habitual conferencia de prensa de los martes John Toshack. El entrenador del Real Madrid, en un ambiente distendido, también contó sus supersticiones y al final de la conversación con los periodistas advirtió. "¿Os habéis dado cuenta de que no he dicho no comment ni una sola vez?". Y es que en el Madrid apenas pasa nada. Tanto es así que Toshack ha implatado ya horario de verano: descanso, lunes y jueves.

Los niños consideraron que valía la pena esperar un poco más. Qué más daba quedarse sin el autógrafo de alguno de sus ídolos, ya a punto de salir de la ducha, si Hugo Sánchez continuaba allí, a unos metros sobre la hierba de la Ciudad Deportiva, deleitándolos y deleitándose con la más completa exhibición de malabarismos con el balón. Pelota al pecho, a la cabeza, a la espalda, de talón, con el empeine, de pie, de lado. Y sin tocar el suelo. Tanto se concentró el mexicano, que se perdió la noticia del día. A partir de ahora, lunes y jueves fiesta. Así lo comunicó Toshack a sus jugadores en el vestuario. El trabajo más duro, la Liga, ya está hecho. Si se gana la Copa, mejor. Pero a partir de ahora, tranquilidad.

Rutina

El técnico galés intenta apartar la rutina, pero su eterno bronceado destaca como nunca. La imagen se corresponde más a la de un técnico el día de la presentación del equipo tras unas intensas vacaciones, que a la de un entrenador en la recta final de la competición. "Qué aburrimiento, ¿verdad? ¿Y de qué hablamos?", pregunta insistentemente desde hace un mes el entrenador del Madrid en sus comparecencias ante la Prensa. Cualquier tema es bueno. Así, de Toshack se sabe ahora que es supersticioso y que como anglosajón teme más al viernes 13 que al martes 13; y que desde que está en el Madrid siempre utiliza el mismo chandal azul marino y el mismo abrigo, "aunque está muy viejo". El técnico también confiesa que juega al golf más que nunca, olvidada ya la tensión que provocó el fracaso en el Copa de Europa, y que siempre que tiene unas horas libres se sienta en el coche y conduce hasta Zarauz, cerca de San Sebastián, donde posee una casa. Y es que Toshack sigue muy ligado a la ciudad donostiarra, tanto que afirmar sentirse "primero galés y luego vasco".Tampoco hay problemas en el vestuario que impidan al bullicioso Rafa Gordillo organizar con más asiduidad de lo habitual el aperitivo de las 12, compuesto casi siempre de tortilla y vino. "No celebramos nada. Es que nos gusta comer", dicen sus compañeros. El veterano jugador andaluz es un hombre importante en el vestuario madridista por su carácter abierto y sentimental.

También ha dejado de ser noticia que Óscar Ruggeri continúe negándose a hablar con la Prensa. Todo el mundo está convencido de que la temporada próxima no estará en el Real Madrid y el jugador parece haber aceptado estoicamente su destino.

Los periodistas extranjeros también escasean. El Madrid ya no está en Europa y la Liga no tiene emoción. Sólo hay un jugador que sigue atrayendo a informadores de otros países a la Ciudad Deportiva. Es Rafael Martín Vázquez, a quien ayer, por ejemplo, perseguía un enviado especial de la RAI. "He venido para que Martín Vázquez me diga que ha fichado por el Torino". El supuesto interés del club italiano por la estrella madridista tampoco quebró el ambiente relajado de la jornada, que se desarrolló bajo un sol propio de pretemporada.

Ajenos a todo ello, los hijos de Bernel Schuster, David y Sara, continúan visitando la Ciudad Deportiva para jugar con el balón y pedir a su ídolo, Hugo Sánchez, que les enseñe cómo se hace el escorpión.

Récords

En la Ciudad Deportiva del Real Madrid se habla de récords de goles, récords de Ligas consecutivas, baloncesto, rugby..., de lo que haga falta con tal de llenar el tiempo hasta el 5 de abril, día de la Final de la Copa del Rey, único compromiso serio de la plantilla blanca antes de que los internacionales se concentren en prepararse para el Mundial de Italia-90. Y es que no es una frivolidad afirmar que las particularidades de cada club, las miserias y bondades que lo definen, pueden intuirse contemplando el lugar en que se desarrollan los entrenamientos y la actitud humana que en ellos habita.La luminosidad que preside el vestuario madridista, el aire dominical, relajado y despreocupado que impregna la Ciudad Deportiva, se dibujó en la mente de los allí presentes como la extensión perfecta de la dulce situación que vive el equipo a nueve jornadas del final de la Liga. La quinta de la quinta está ya al caer.