La oposición cierra campana en Managua con su mayor mitin en 10 años
ENVIADO ESPECIAL, Managua conoció ayer la primera gran manifestación de rechazo al sandinismo celebrada en los últimos 10 años. Varias decenas de miles de personas participaron en la capital nicaragüense en el cierre de la campaña electoral de la Unión Nacional Opositora (UNO), cuya candidata a la presidencia, Violeta Chamorro, anunció su victoria y llamó a la reconciliación nacional.
"En este día radiante que anuncia el fin de la oscura dictadura sandinista levanto mi bandera de reconciliación nacional", dijo la viuda de Pedro Joaquín Chamorro en un discurso moderado en el que prometió paz en Centroamérica y aseguró que, de llegar a la presidencia, eliminará el servicio militar obligatorio y reducirá el Ejército. "Nuestra democracia tendrá más maestros que soldados", dijo.Saliendo al paso de las acusaciones del Gobierno de que la UNO tratará de provocar violencia durante la jornada electoral del próximo domingo, Chamorro hizo "un llamado a la cordura de todos los nicaragüenses". A sus seguidores les pidió: "Que voten y regresen a sus casas para que no haya ningún incidente de violencia, para dar un ejemplo al mundo y a los observadores, en quienes confío como árbitros y a quienes recuerdo que el pueblo ha depositado en estas elecciones todas sus esperanzas de un resultado limpio".
Los observadores de la ONU, que se movían ayer en medio de la manifestación a bordo de vehículos todoterreno, habían advertido en su último informe a la oposición que es peligrosa su táctica de deslegitimar el proceso electoral.
El escenario de la concentración, la Plaza de la Revolución -a la que los opositores llaman la Plaza de la República- tiene cabida para 30.000 personas, aunque no sólo estaba abarrotado ese lugar, sino las calles y explanadas adyacentes. Mientras la televisión sandinista ofrecía el estreno de Batman, los manifestantes, que habían caminado durante horas desde todos los puntos de la ciudad, ocuparon el tejado y el campanario de lo que fue la catedral de Managua y del antiguo Palacio Nacional.
Aquel 19 de julio
Recordaba, decían algunos de los presentes, aquel 19 de julio de 1979, cuando Violeta Chamorro llegó a ese mismo lugar en un camión de bomberos junto a Daniel Ortega, entonces su compañero en la primera junta revolucionaria y hoy su rival político.Con 11 años más y bastante más rencor antisandinista a sus espaldas, Violeta Chamorro llegó ayer impecablemente vestida de blanco, con sombrero blanco y escayola blanca en su pierna rota. En su violetamóvil flotaba sobre la multitud. "Es una Virgen", describía una de sus seguidoras.
Blanco es también el color de combate de la militancia de la UNO. Ayer no era ésta la única coincidencia entre la oposición sandinista y lo que hasta la invasión norteamericana fue la oposición panameña. Como ocurría en Panamá, se observó ayer en Managua esa alianza entre habitantes de los barrios más humildes y jovencitas de la burguesía tradicional nicaragüense -nunca eliminada por el sandinismo- que se dirigían a los periodistas en inglés: "We vote one".
La manifestación rebosaba entusiasmo. Bastante más del que se ha visto en actos anteriores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). La gente se saludaba con el dedo índice hacia el cielo en señal de su respaldo a la UNO. Un anciano no pudo contener las lágrimas por la emoción de presenciar algo que llevaba esperando una década.
"¡Que se vayan, que se vayan!", "¿qué quiere la gente? ¡Que se vaya el Frente!". Éstos eran los gritos preferidos. "Voto por la UNO porque los sandinistas nos han impuesto hambre, miseria y destrucción", decía un ingeniero de 30 años que hace diez estaba dando vivas a la revolución en esa misma plaza. Hoy se puede considerar un afortunado por ganar un promedio mensual de 8.000 pesetas para alimentar a su esposa y a sus cuatro hijos.
Varias horas después del inicio de la concentración todavía se acercaban a la Plaza de la Revolución columnas de gente que habrían caminado kilómetros. La manifestación no consiguió, sin embargo, el objetivo de desbordar los límites de la plaza y convertirse en un acto de protesta generalizada en Managua.
Los organizadores de la UNO, conscientes de que las encuestas le son adversas, querían hacer de esta manifestación un suceso que estimulase tanto al votante indeciso como al que respalda el FSLN bajo condiciones de supuesta intimidación. Un portavoz de la coalición opositora consideró que la concentración había resultado "un éxito porque la gente ha comprobado por primera vez en Managua que es posible derrotar al sandinismo". Para eso la UNO va a necesitar mucho más respaldo del que ayer tuvo en la calle. Tal vez por esa razón Violeta Chamorro pidió el voto de los empleados públicos a los que, según dijo, se obliga a ir a las concentraciones sandinistas, y, en general, de "todos aquellos que están peor que hace diez años". La bendición de un sacerdote a todos los presentes dio inicio al acto político y Chamorro en busca del voto de los católicos -"en mi Gobierno tendremos una catedral digna"- puso el punto y final.
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