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La URSS pondrá en marcha un plan para reducir el exceso de dinero en manos del público

Enric González

El Gobierno de la Unión Soviética intentará reducir el exceso de dinero en manos del público, que está causando graves problemas de desabastecimiento, mediante la ampliación de las posibilidades de inversión para sus ciudadanos. El viceprimer ministro soviético, Leonid Ivanovich Abalkin, intervino ayer en el World Economic Forum (WEF), que se celebra en Davos (Suiza), para hablar del futuro de la perestroika y de las últimas medidas económicas emprendidas por el Gobierno de Mijail Gorbachov.

Abalkin consideró "urgente" un drástico drenaje de la masa monetaria, para superar una situación que calificó de "crítica para la perestroika".Entre las posibilidades de inversión que se pretende hacer accesibles a todo el público figuran emisiones de deuda pública y la adquisición de viviendas rústicas y urbanas, así como la oferta de depósitos bancarios a plazo, con una remuneración cercana al 6% anual. La adecuada remuneración del ahorro soviético, que se ha elevado sensiblemente desde la liberalización de los salarios, suscitó un intenso debate en el WEF, dada la dificultad para calcular la tasa de inflación real de la economía soviética.

Abalkin subrayó que "en la URSS los precios no suben automáticamente con los salarios, tal como ocurre en las economías capitalistas, dado que los salarios son ahora libres pero los precios siguen controlados". Ello genera dos componentes distintos para la inflación: el alza de precios, por un lado, y la demanda insatisfecha de bienes, por otro. "Los precios subieron aproximadamente un 2% en 1989", señaló Abalkin, "pero la demanda insatisfecha se incrementó un 5,5%, por lo que la inflación vendría a ser, sumando ambos factores, de un 7,5%". Distintos economistas soviéticos han calculado, sin embargo, que la inflación ronda el 10%-11% anual.

Más gasto que en 1988

Aunque admitió que las reformas se encuentran en su fase más crítica, Abalkin negó que la perestroika hubiera fracasado en el terreno económico. "Piensen lo siguiente: desde 1986 la producción no ha dejado de crecer; sin embargo, el mercado está cada vez más desabastecido. Eso ocurre porque los incrementos salariales son incontrolables desde su liberalización, mientras los precios se mantienen casi estables. El problema es", señaló, "que hay mucho más dinero que oferta de productos".En 1989 los ciudadanos soviéticos gastaron 37.000 millones de rublos más que en 1989, lo que supuso un incremento del consumo superior al 10%. Para evitar el "enorme descontento" que, según Abalkin, genera el desabastecimiento, el Gobierno de la URSS practicará algunas importaciones de choque de determinados bienes, fundamentalmente alimentos con precios liberalizados, y seguirá reconvirtiendo parte de su industria militar en industria civil.

El objetivo, según Viktor Kurushin, viceministro de Industria de Defensa, es reducir la producción global de artículos militares en un 30%, dedicando los recursos libres al sector civil.

La reconversión se está desarrollando, sin embargo, muy lentamente. Leonid Ivanovich Abalkin justificó esta lentitud por el recorte presupuestario infligido a la industria, que este año recibirá menos inversiones que en 1989.

"La industria está sufriendo un duro racionamiento", dijo. "porque lo prioritario es equilibrar el presupuesto".

El déficit presupuestario de la Unión Soviética fue cifrado en un 10% por Poleg Bogomolov, economista y parlamentario radical soviético, en un debate posterior.

Abalkin añadió que "las infraestructuras y los gastos sociales son la otra gran prioridad: en la URSS hay unos 40 millones de personas cuyos ingresos están por debajo del mínimo de subsistencia, y un país socialista no puede tolerar tal situación".

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