Carlos Sainz afrontó la última noche del Montecarlo pensando tanto en la victoria como en el Mundial
ENVIADO ESPECIALEl español Carlos Sainz (Toyota Celica) afrontó anoche la última etapa la 58º edición del Rally de Montecarlo pensando tanto en la victoria como en obtener una buena clasificación que le permita afrontar el Mundial con garantías de éxito. Sainz estaba empatado con Didier Auriol (Lancia Delta Integrale) al término de los cuatro primeros tramos (cierre de este edición) de los 10 que integran la última jornada, la conocida noche del Turini, que cierra el Rally de Montecarlo.
"El Rey Carlos, grande de España", titulaba ayer el diario francés Le Figaro en su primera página de deportes. Sainz ha apasionado a los medios de comunicación que cubren el rally hasta el extremo de que el Matador, como le conocen algunos de sus rivales, debió rechazar ayer las 43 entrevistas que le solicitaron con el fin de poder preparar adecuadamente la última etapa, que se desarrolló durante la noche de ayer."El duelo que Sainz mantiene con Auriol", señalaba la información de Le Figaro, "es fantástico. Con su actuación, Sainz ha obtenido, desde ahora, un pasaporte para la gloria". El piloto español de Toyota considera que a la gloria puede llegarse por distintos caminos. En el Mundial las autopistas para el triunfo son dos: ganar una de las 10 pruebas del campeonato o lograr el cetro mundial. Sainz y su inseparable Luis Moya consideraban ayer ambas posibilidades antes de inciar la última etapa del rally que abre anualmente el campeonato. Estando a tan sólo cuatro segundos de Auriol, uno de los pilotos oficiales del inexpugnable equipo Lancia, Sainz tiene grandes posibilidades de ganar su primera prueba del Mundial y convertirse en el primer piloto español que logra una gesta de ese tamaño. "Intentaremos ganar, por supuesto, aunque ese no es nuestro único objetivo". "Me explicaré", añadió Sainz poco antes de abandonar su hotel en Montecarlo para dirigirse al parque cerrado, "si se puede ganar, se ganará; de lo contrario, trataremos de mantener el segundo puesto, que es una extraordinaria manera de empezar el Mundial".
El Matador ha comprobado en esta primera cita mundialista que la desavenencias en el equipo oficial Lancia pueden ser importantes a lo largo de todo el campeonato. Lancia se ha presentado en el Monte-90 con tres pilotos oficiales: el italiano Massimo Biasion, actual campeón del mundo; el finlandés Juha Kankkunen, y el francés Didier Auriol, al margen de otros dos equipos semioficiales compuestos por el francés Bruno Saby y el italiano Dario Cerrato. Kankkunen se vio obligado a abandonar el primer día de Competición en Montecarlo. Biasion es incapaz de alcanzar los tiempos de Auriol y Sainz, y Auriol intenta demostrarle a su director de equipo que merece la misma consideración de piloto número uno que ostentan Biasion y Kankkunen.
Esa situación es un excelente caldo de cultivo para que unos y otros se enfrenten a lo largo del campeonato. Sainz barajaba, incluso en el mismo momento de iniciar la primera cronometrada de anoche en el Col de la Madone, la posibilidad de conservar el segundo puesto -Biasion era tercero a 2.26 minutos- para iniciar con un maravilloso pie la lucha por el título Mundial. "El Montecarlo es sólo una de las 10 pruebas que componen el Mundial de pilotos. Por supuesto que a cualquier piloto puntero le apasiona ganar una prueba del prestigio del Montecarlo, pero nuestro objetivo prioritario es el título mundial y la defensa de los colores de Toyota. Está claro que cualquiera de nosotros cambiaría la conquista del título por tres, cuatro o cinco victorias del Mundial".
Sainz leyó ayer, entre otras cosas, el comentario que le dedicaba el prestigioso L'Equipe: "Sainz nos ha sorprendido desde el inicio del rally, ya que ha triunfado donde no lo esperábamos: en todos los terrenos, es muy rápido en cualquier condiciones". Hasta Auriol declaró ayer: "Frente a Carlos [Sainz] no estoy seguro de nada".
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