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El fútbol, más preciosista y menos goleador

Sólo tres equipos de los clasificados para Italia 90 superaron los dos tantos por partido en 1989

El ex jugador brasileño Edson Arantes do Nascimento, Pelé, considerado como uno de los mejores de todos los tiempos y campeón mundial con la selección de su país en los torneos de Suecia 58, Chile 62 y México 70, pronostica que el de Italia 90 va a ser "muy técnico" y con "un fútbol excepcional y sin violencia". Resulta feo cuestionar el optimismo que ha expresado al periódico Jornal do Brasil, pero los resultados registrados en los últimos meses sugieren que este deporte puede estar ganando en preciosismo, sí, mas perdiendo en potencia goleadora.

Según la contabilidad de la revista France Football, Holanda fue la mejor selección europea en 1989, al igual que lo había sido en 1988. "Desde la Eurocopa 88", dice el estudio, "es evidente que Holanda posee un grupo excepcional y que el técnico Thijs Libregts ha sabido asegurar la sucesión de Rinus Michels. Apoyándose en su trío rey, Van Basten-Gullit-Rijkaard, ha conducido su equipo con facilidad hasta el Mundial 90".Sin embargo, en el propio país neerlandés no existe una aceptación universal de ese perfecto traspaso de poderes ni tranquilidad sobre el futuro de los lesionados Gullitt y Vanenburg. Lo quellama la atención es que el conjunto naranja, pese a enfrentarse a Israel, Finlandia y Gales, acabó el año con sólo 13 goles marcados en ocho partidos. Su fácil clasificación para Italia se consumó con ocho en seis y una exasperante mezcla de penaltis, faltas, fueras de juego, churros y resultados levantados en el minuto 87. Rebosa talento, llena los ojos de fútbol, pero a Van Basten y compañía les cuesta traducir su virtuosismo en tantos.

El ejemplo holandés no es el único. Junto a ella y entre las favoritas para devolver a Europa la Copa Jules Rimet está la selección italiana de Azeglio Vicini, también sobrada de talento. Los azzurri saldaron 1989 con 12 goles en 10 partidos: ganaron por 4-0 a Hungría y Bulgaria, terminaron cuatro con 1-0 y en los últimos cuatro sólo marcó un tanto a Argelia.

En realidad, sólo cuatro equipos alcanzaron un promedio de dos por encuentro: Bélgica, 20 en nueve; España, 17 en ocho; la RFA; 12 en seis, y Dinamarca, cuyo caso es llamativo porque hasta abril había marcado cuatro en cinco (dos a Malta y dos a Canadá) y después explotó con 26 en nueve, incluidos un 4-0 a Brasil y un 60 a Suecia, pero no llegó a clasificarse para una competición en la que estarán cuadros más tacaños, como Rumania, con seis en 8; Austria, con 10 en diez, o la URSS, con 11 en nueve. Mientras el balance de los 162 partidos jugados por las selecciones europeas en 1989 arroja 369 goles, a un promedio aceptable de 2,78, un análisis de los que las clasificadas han disputado entre sí ofrece otro desolador.

El aviso no viene exclusivamente de Europa. Colombia se clasificó con cinco goles en seis partidos. Corea del Sur y los Emiratos Árabes Unidos ganaron su pasaporte en una final asiática en la que se marcaron 24 en 15, con un promedio de 1,6; por cierto, el brasileño Mario Zagalo acaba de ser destituido como seleccionador de los Emiratos -una victoria, cuatro empates y cuatro goles en cinco partidos- por declarar que su juego era muy malo y que en Italia no pasarían de la primera ronda.

En la liga de la Concacaf (América del Norte, Central y del Caribe) se marcaron 29 goles en 18 partidos, seis de ellos en el 2-4 conseguido por Costa Rica en El Salvador. Los 23 en los 17 restantes demostraron la timidez goleadora y el promedio fue de 1,6. Estados Unidos se clasificó con seis en ocho.

En África, Egipto alcanzó la fase semifinal a través de un grupo en el que se marcaron 13 goles en 12 partidos y redondeó la faena con un solitario tanto en los dos frente a Argelia. Así, se clasificó con siete en ocho, sólo uno fuera de El Cairo.

Incluso el campeón

Hasta los grandes favoritos suramericanos, Argentina y Brasil, participan en los preavisos de la sequía. La selección canarinha de Sebastiao Lazaroni basa su cruzada en el precepto de mantener el cero con un denso sistema defensivo y confía en las innatas inspiraciones ofensivas para robar algún golito decisivo. La de Carlos Bilardo ha ganado tan sólo cinco partidos desde que se proclamó campeona en México 86 y, Maradona incluido, saldó su intervención en la Copa de América con dos en siete.

Hace tres semanas, los cuatro grandes favoritos del Mundial se enfrentaron. El seleccionador inglés, Bobby Robson, confiesa que se aburrió como una ostra viendo a Italia y Argentina empatar a cero en Cagliari. El escocés, Andy Roxburgh, dijo lo mismo tras ver cómo Brasil, rival en el Grupo C, ganaba por 0- 1 en Rotterdam a una improvisada Holanda: "es una formación mucho más solida en la defensa", comentó, "pero, aun así, creo que ganará el Mundial; ya no golea, pero vence".

Los ensayos no son muchas veces un fiel reflejo de la obra final. Pero, si siguen creyendo en los augurios, los romanos deberían prepararse para un campeonato sin goles.

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