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Una juez de Bilbao ordena alimentar forzosamente a dos presas de los GRAPO

MadridLa juez María Pilar Robles García, titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao, ordenó ayer que se alimente forzosamente a dos reclusas de los GRAPO que se encuentran en grave estado al mantenerse en huelga de hambre junto con una cincuentena de presos de esa organización. Los padres de las dos reclusas -Josefina García Aramburu y Carmen López Anguita- habían solicitado a la magistrada esa medida, ante la que cabe presentar recurso en la Audiencia de Bilbao.

José López, padre de Carmen, envió ayer un escrito al Juzgado en el que indica: "Que por su situación, mi hija no está en condiciones de decidir libremente por lo que yo asumo toda responsabilidad por el tratamiento médico que ha de recibir con carácter forzoso". A su vez, Ángel García, padre de Josefina, se expresa en similares términos. Ambos, piden a lajuez que "dicte resoluciónjudicial que permita el tratamiento médico y la alimentación necesaria aún en contra de la voluntad" de sus hijos.La magistrada Robles en tiende en los razonamientos jurídicos de un auto de ayer que " a la la vista de los últimos informes médicos ( ... ), Josefina García y Carmen López han sufrido un progresivo proceso de deterioro en las últimas horas ( ... ), lo que las puede llevar a la muerte". La juez añade: "No permite considerarlas capaces, en el concepto civil, para poder determinar libre y conscientemente, dado que el propio proceso de autodestrucción indirecta a que están sometidas las lleva a una falta de capacidad necesaria para decidir sobre su situación de riesgo inminente de muerte, lo que plantea la necesidad de proteger, su vida, puesto que inevitablemente la pérdida de este derecho fundamental básico supone la pérdida de los demás".

La juez atiende en el auto la opinión del ministerio fiscal, favorable a la medida, aunque no lo extiende a la tercera de las reclusas internadas en el Hospital de Basurto, Teresa González Rodríguez. El fiscal señalaba en su informe que "en la actual situación de impase enla solución Política del conflicto, originada por la obcecación de que se ha hecho gala por ambas partes a lo largo del prolongado período de huelga de hambre, lleva a tener que adoptar por este Juzgado medidas drásticas". Ayer, el fiscal general del Estado, Javier Moscoso, ordenó a todos los fiscales recurrir las decisiones de aquellos jueces que se han negado a que los presos de los GRAPO en huelga reciban alimentación forzosa. Moscoso manifestó anoche que los recursos se estaban efectuando ante las audiencias provinciales "sin perjuicio de que se haya solicitado [al Tribunal Constitucional] un dictamen sobre si quizá fuese más pertinente en algún caso recurrir ante la Audiencia Nacional".[Por su parte, Enrique Múgica, ministro de Justicia, declaró ayer a EL PAIS que "dentro del marco constitucional" va a hacer todo lo posible "para tratar de impedir que muera cualquier preso de los GRAPO", informa Ana Alfageme. El ministro añadió tras la intervención en el Club Siglo XXI del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Clemente Auger, que "desde su propia organización se les incita [a los presos] a la muerte, al suicidio".]

Un total de 56 presos de los GRAPO mantienen la huelga de hambre, mientras que sólo cuatro la han abandonado, según datos proporcionados por la abogada Francisca Villalba, letrada de diversos activistas.

Además de Josefina García Aramburu, quien ayer fue trasladada a la UVI del hospital de Basurto, y de Carmen López Anguita, ingresada en el mismo hospital, también se encuentran en grave estado: Antonio Lago Iglesias (hospital Gregorio Marañón de Madrid), Alicia Artímez (hospital de Castellón), Juan García Martín (hospital de Murcia) y Olegario Sánchez Corrales (en la UVI del hospital Miguel Servet de Zaragoza).

Josefina Sanmartín, mujer de éste último interno, afirmó ayer a este periódico que su marido fue engañado para que dejase la huelga de hambre. Olegario Sánchez ha decidido continuar la protesta.

Según Josefina Sanmartín, su marido había expresado su oposición a permanecer en una UVI del hospital y prefería proseguir con su huelga en una habitación. La mujer de Sánchez admitió que su marido aceptó que se le suministrase una botella de suero salino a cambio de enviarle a una habitación. Tras ingerir el alimento, el recluso no fue cambiado de habitación y permanece en la UVI, por lo que su mujer considera que "ha sido engañado".

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