La crisis en el BBV alcanza su máxima tensión tras la inasistencia del Vizcaya a la comisión delegada
La crisis desatada en el seno del Banco Bilbao Vizcaya (BBV) tras el fallecimiento de Pedro Toledo alcanzó ayer su grado máximo de tensión una vez que el comité de crisis -formado por tres representantes del Vizcaya y tres del Bilbao- celebró una reunión sin que asistieran los tres primeros. La comisión delegada permanente del Consejo de Administración del BBV celebró otra reunión, a la que tampoco asistieron los representantes del Vizcaya, en la que se aprobó el pago de un dividendo a cuenta del ejercicio. José Ángel Sánchez Asiaín, presidente del BBV, comunicó ayer a Alfredo Sáenz por carta que "no va a negociar la reestructuración del BBV, ya que eso es algo que compete al consejo de administración de la entidad".
Los problemas por encontrar una solución satisfactoria a la crisis provocada por la muerte de Pedro Toledo se enrarecieron ayer tras la decisión de los representantes del antiguo Banco de Vizcaya de abandonar el comité de crisis, tras la reunión que celebraron el miércoles por la tarde José Ángel Sánchez Asiaín y Alfredo Sáenz.A últimas horas de la noche de ayer fuentes próximas a los miembros del Vizcaya del comité de crisis emitían una nota en la que afirmaban que "desde el comienzo de las negociaciones han mantenido una línea consecuente con los fundamentos que dieron origen al BBV y por ello entienden que el restablecimiento del equilibrio y la vuelta a la legalidad era el paso previo para poder revisar la estructura organizativa del grupo bancario".
Para estas fuentes, los contactos entre los presidentes explican que los miembros de la comisión negociadora de su parte "hayan entendido que su papel debe revisarse, estando dispuestos a volver a reunirse en cualquier momento en apoyo de un acuerdo final".
La disolución unilateral del comité de crisis por parte de los representantes el Vizcaya había sido negada a primeras horas de ayer, tras ser reconocida en la noche del miércoles -"nos hemos ido sin dar ningún portazo", señalaron fuentes del Vizcaya, que ayer achacaron la responsabilidad de esta "fálsa información" al gabinete de prensa del BBV, "controlado por personas cercanas al antiguo Banco de Bilbao, según declaraciones a Efecom.
A pesar de este desmentido por fuentes autorizadas del antiguo Banco de Vizcaya, la comisión negociadora celebró ayer una reunión sin la asistencia de los representantes de esta entidad, lo mismo que pasó con la reunión de la comisión delegada permanente del consejo, donde se aprobó el pago de 65 pesetas como tercer dividendo a cuenta del ejercicio que ahora termina. Este acuerdo fue admitido por las fuentes del antiguo Vizcaya, quienes añaden que no asistieron a la misma por ser convocada con demasiada celeridad.
A juicio de los representantes del antiguo Banco de Bilbao en la comisión negociadora -que afirmaron que los representantes del Banco de Vizcaya habían reiterado el. pasado miércoles por dos veces su creencia que dicha comisión se había disuelto- es extraño que Ios otros miembros decidieran sorpresivamente retirarse de una comisión cuya puesta en marcha ellos mismos habían solicitado", máxime si se tiene en cuenta que existe un mandato del consejo de administración para alcanzar un acuerdo y que mientras el consejo no retire ese mandato se debe seguir negociando.
Carta de Asiaín
El actual presidente del Banco Bilbao Vizcaya, José Ángel Sánchez Asiaín, comunicó a Alfredo Sáenz, mediante una carta, su negativa a negociar nada entre los dos, ya que considera que debe ser el consejo de administración, o los órganos delegados del mismo, quienes lo hagan. Alfredo Sáenz presentó el pasado miércoles a Sánchez Asiaín, en la segunda reunión que ambos han mantenido en pocos días, una propuesta de negociación que fue enviada por el presidente del BBV a la comisión negociadora, por entender que es ahí donde se debe negociar la reestructuración de la entidad.
La propuesta, a juicio de los representantes del antiguo Banco de Bilbao -únicos que se presentaron en la reunión de ayer-, es "inaceptable", pues proponía una copresidencia con poderes ejecutivos para Sáenz; es decir, según fuentes del antiguo Bilbao, con "más poderes de los que tenía Pedro Toledo". La presidencia de Sánchez Asiaín sería, por tanto, institucional.
En la nota hecha pública por fuentes del Vizcaya se dice que "en la última sesión de trabajo mantenida por ambos presidentes, se barajó como una fórmula posible de acuerdo final la existencia de una doble presidencia en la que un presidente tuviera responsabilidades de gobierno control y supervisión, mientras que el otro tendría funciones operativas y ejecutivas". El consejo no se reunió por entender que no debía hacerlo mientras no hubiera una solución a la crisis planteada.
El enfrentamiento entre las dos partes en conflicto alcanzó ayer su máxima tensión tras la inasistencia de los representantes del Vizcaya a las comisiones convocadas y tras las declaraciones contradictorias sobre la disolución o no del comité de crisis por parte de estas mismas fuentes.
Las posturas iniciales no sólo no se han acercado nada desde que hace dos semanas muriera Pedro Toledo sino que se han ido enquistando a lo largo de estas dos semanas.
Lo cierto es que la crisis, que permanecía larvada desde el mismo momento de la fusión y que tuvo un pico de tensión hace ahora algo más de un año, ha estallado ahora con todas sus consecuencias tras las frustadas reuniones de los últimos días.
La falta de avances concretos no hace sino presagiar una escalada en los enfrentamientos existentes, salvo que se imponga. la cordura entre las partes del conflicto, algo que parece muy difícil de alcanzar, al menos por el momento
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.