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Comienza la fase africana del París-Dakar con Vatanen como favorito

La duodécima edición del Rally París-Dakar inicia hoy su recorrido africano en tierras de Libia, con la disputa de la primera etapa entre las localidades de Trípoli y Ghadames, de 593 kilómetros, que no presenta excesivas dificultades, pero que con toda seguridad producirá la primera criba. Con los pilotos españoles como serios aspirantes a ocupar puestos importantes al final de la prueba, el finlandés Ari Vatanen, líder del equino Peugeot, es el máximo favorito a la victoria. A pesar del Potencial de su equipo, Vatanen no se siente seguro de sus fuerzas porque "en el París-Dakar nunca se sabe lo que puede pasar".

Vatanen se ha visto capturado por el espíritu, del París-Dakar y lo vive intensamente. Ha sido el gran dominador de la prueba en los últimos años y es el piloto a batir nuevamente. Todo el potencial de Peugeot se ha puesto a su disposición, aunque la fábrica francesa no comenzó a trabajar en el proyecto hasta el pasado mes de julio, tras conocer el cambio de criterio de la Federación Internacional de Automovilismo que inicialmente prohibió la participación de los prototipos."Los coches de este año son idénticos a los que disputaron el rally el año pasado. No se ha introducido ninguna mejora, tan sólo un asiento nuevo, pero creo que podremos estar entre los primeros", asegura el finlandés, que no se fía de su supuesta superioridad. "El París-Dakar es siempre una prueba en la que nunca se sabe lo que va a pasar. Deportivamente todo puede ir muy bien, pero en un momento dado, un pequeño despiste te puede costar muchas horas. Son demasiados kilómetros como para estar seguro de ganar. Este año hay equipos; muy bien preparados y nuestra superioridad no es tanta como parece. Detrás de cada duna puede haber una sorpresa, en cada rincón del desierto hay algo inesperado. Esta edición quizás sea la más competida y ello es bueno para la prueba".

La aventura

Vatanen cuenta y no acaba de lo que significa para él participar en el rally más duro del mundo: "Es algo que no se puede definir, es una aventura para todos. Te pueden suceder tantas cosas, tantos imponderables. Todo el mundo comparte las mismas dificultades. Se aprende mucho sobre el aspecto humano de la gente y todos somos felices de una u otra forma. En definitiva, es distinto a todo".Para un hombre que ha disputado carreras en los cinco continentes, el París-Dakar no tiene comparación ni siquiera con la Fórmula 1: "En el París-Dakar reina otro espíritu que en las demás competiciones no está presente. Por ejemplo, en la Fórmula 1 hay serias disputas entre los propios pilotos. Eso no ocurre aquí. Todos los que corremos estamos inmersos en una competición a la que nos hemos sentido atraídos también por un innegable espíritu de aventura, que en muchos casos está por encima de la propia competición".

Que en el París-Dakar puede suceder de todo lo sabe bien Vatanen. En el año 1988, su coche fue robado en Bamako, cuando estaba al frente de la clasificación. "Yo siempre he dicho que he ganado el rally dos veces y media: en 1987, en 1989 y media en 1988. Considero que en aquella ocasión no se actuó conmigo correctamente, pero es un tema que está olvidado y que ahora se ha quedado en una mera y simple anécdota".

Este año es la última participación de Peugeot en la prueba, ya que próximo año será Citroën el que tome el relevo dentro del grupo PSA. "Todavía no me han propuesto correr el año que viene en el París-Dakar", asegura Vatanen, "pero, si me lo proponen, ya puedo adelantar que lo aceptaré".

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