Arantxa Sánchez Vicario

Arantxa Sánchez Vicario celebró en Sevilla, por segunda vez desde que el pasado lunes cumpliera 18 años, su mayoría de edad. La campeona del Roland Garros asistió a una fiesta en su honor en el chalé Villa Luisa. Fiesta flamenca y humorística, donde no faltó el arte y el cante. Tampoco un especial pastel de cumpleaños, con forma de pista de tenis, con red, raqueta y bolas de chocolate, y para que no se escapase ningún detalle, las seis velas representativas de los juegos necesarios para ganar un set. Durante el brindis, el humorista Paco Gandía lanzó un deseo mitad reto mitad chiste, que hizo carcajear a la tenista: "Para que tu primera víctima el próximo año sea la Gravatilova esa, que es más fría que el pecho de una rana".Poco hace falta para hacer sonreír a la que este año fue llamada reina de París y conquistó al mundo tenístico internacional. Chispas, como cariñosamente la llaman los estadounidenses, sorprendió en Sevilla por su especial simpatía. Pero la menor de los Vicario sonrió a mandíbula batiente en la fiesta cada vez que Paco Gandía se levantaba de su asiento y contaba uno de sus casos verídicos.

Flanqueada por otro triunfador este año, el torero Juan Antonio Ruiz, Espartaco, y por Javier Peinado, organizador del acto, Arantxa no perdía detalle de cuantos le rodeaban. Cantó por bulerías, soleares y fandangos José el de la Tomasa, y Arantxa saltaba de su asiento, copiaba los compases de palmas para seguir al cantaor y preguntaba todo sobre su vida. Igual con María José Santiago, o con José Manuel, El Mani, triunfador con Candela de las sevillanas del año que acaba.

No faltó un reloj de pulsera como regalo y una improvisada obra de arte, realizada por el pintor y escultor sevillano Juan Valdés, que dibujó a la tenista en un servilleta firmada por los artistas presentes.