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Carl Lewis

El atleta visitó el estadio Olímpico de Montjuïc

Llegó con algo de retraso, pero entró a paso ligero en la pista del estadio Olímpico de Montjuïc, de Barcelona. Parecía más un cantante pop que el campeón olímpico de 100 metros. Carl Lewis lucía una chaqueta corta de visón marrón, unos pantalones negros y completaba su tradicional corte de pelo a lo Grace Jones con una coleta de casi un palmo, engominada y recogida con una goma.Era la primera vez que el hijo del viento, nacido el primero de julio de 1961 en Birmingham (Alabama), de 1,88 metros de estatura y 80 kilos de peso, pisaba el recinto en el que, según aseguró ayer, intentará repetir la gesta lograda en Los Ángeles 80: ganar cuatro medallas de oro en atletismo (100, 200, longitud y 4x 100), sólo conseguida anteriormente por su compatriota Jesse Owens, otro atleta de Alabama. Lewis, además, posee otras dos medallas de oro olímpicas, ganadas en Seúl en 100 metros y longitud.

Lewis, estudiante en la universidad de Houston, donde posee una mansión de estilo victoriano guardada por dos perros rottweilers gigantescos, llegó acompañado de su apoderado, Joe Douglas, y sin su entrenador, Tom Téllez. En el fondo, viajó para pasearse, para sorprenderse: "Este estadio me parece mucho más grande de lo que me habían contado los compañeros que compitieron en la Copa del Mundo de atletismo, que sí me aseguraron que posee una pista rapidísima. Eso me gusta mucho, que sea rápida, muy rápida".

Lewis, que almorzó en un céntrico hotel barcelonés -su menú estuvo compuesto por setas, pescado y fresones con nata-, aseguró que intentará conseguir en 1992 los mismos trofeos que en Los Ángeles. "La verdad es que este precioso estadio, que ha respetado su antigua estructura por fuera, me recuerda muchísimo al Coliseo de Los Ángeles. Eso tal vez me traiga suerte".

Lewis, que sigue soltero y prefiere dedicar parte de su tiempo a la música -ha grabado, de momento, un disco-dio una vuelta por la pista del estadio acompañado siempre por Douglas, el atleta español Javier Moracho y por Enric Truñó, concejal de Deportes de Barcelona. Estuvo 20 minutos, algunos de los cuales los pasó junto al foso de longitud, después de fotografiarse en la calle 4, la de los favoritos.

Lewis rechazó frontalmente los estimulantes y calificó de estafadores a los que utilizan esos métodos para ganar. "Yo intento correr al máximo dentro de mis posibilidades naturales, ya que considero que es una estafa poner en desventaja al resto de los rivales". Lewis cree que en los países del Este también se utilizan estimulantes, "pero allí se lleva en secreto".

El atleta norteamericano aseguró que le gustaría enfrentarse a Ben Johnson en Barcelona 92; "pero no le doy demasiada importancia a ese hecho", dijo. Lewis se despidió confesando que no está obsesionado por los récords.

El atleta norteamericano -cuyo padre, fallecido hace escasamente un año de cáncer, era amigo personal de Owens- debe parte de su velocidad a su madre, una de las mejores vallistas norteamericanas de los años cincuenta. Poseedor de los récords mundiales de 100 metros (por la descalificación del canadiense Ben Johnson en Seúl y en el congreso de la IAFF celebrado en Barcelona) y 4x 100, tiene la tercera mejor marca mundial de todos los tiempos (8,79 metros) en longitud, por detrás de la de su compatriota Bob Beamon (8,90) y del soviético Robert Emmian (8,86).

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