Paz entre los hombres de buena voluntad

Para el despistado que el año pasado no atendiera como es debido al no exhaustivo pero sí representativo ciclo sobre Ernst Lubitsch, hoy programa de nuevo TVE Remordimiento, que no es una comedia, sino un melodrama de tomo y lomo realizado por el centroeuropeo, sorprendentemente, en años (1932) de festivas e inolvidables operetas.Por una vez, pues, Lubitsch prescinde de la carcajada y se hace más Stroheim que el propio Stroheim -véase cómo retrata los seres tullidos, con qué arrebato planta la cámara bajo un muñón-, más Vidor que el Vidor de El gran desfile, en esta historia brutal de hombres que se matan entre sí, en la I Guerra Mundial, para después, tras el disparo o la bayoneta que atraviesa el cuerpo del prójimo, cuestionarse la razón de la sangre derramada. El remordimiento del título es el que pesa sobre un soldado que mató a un enemigo alemán y, acabada la contienda, visita a su familia; el destino llama a su puerta, pues el infeliz atormentado acabará enamorándose y casándose con la novia del fallecido.

Lubitsch nos presenta una obra limpia, sin rodeos y de fijación pacifista, apoyado en extraordinarias interpretaciones (Lionel Barymore, Nancy Carroll, Zasu Pitts ... ), medios económicos y concisos: el alegato dura hora y cuarto, tiempo lacónico que no le impide suministrar un discurso compacto, lúcido y feroz.