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El periodista español liberado en Afganistán afirma que fue "vendido" por unos guerrilleros

El periodista Jorge Juan Sánchez García llegó ayer a su domicilio, en la localidad barcelonesa de Hospitalet de Llobregat, tras permanecer 101 días encarcelado en una prisión de Kabul (Afganistán), bajo la acusación de espionaje. Sánchez, que fue liberado el pasado sábado, declaró ayer que fue "vendido" al Gobierno de Kabul por unos bandidos a los que calificó como "muyahidin traidores".Jorge Juan Sánchez fue detenido por la policía afgana el pasado 2 de agosto. Posteriormente, protagonizó una conferencia de Prensa en Kabul en la que afirmó que había sido capturado en un control policial cuando viajaba en un autobús. Sánchez fue finalmente juzgado por las autoridades afganas y condenado a cinco años de prisión bajo la acusación de espionaje, pese a que él aseguró que el único objetivo de su viaje era preparar un libro.

El periodista declaró ayer en Barcelona, pocas horas después de su llegada a España, que la citada conferencia de Prensa fue un montaje del Gobierno de Afganistán, "con preguntas y respuestas preparadas", al que tuvo que acceder por temor a que le hicieran desaparecer.

"No fui detenido", dijo Sánchez, "en ningún autobús como tuve que decir a la fuerza en la conferencia de Prensa". "Yo estaba en la frontera de Pakistán", agregó, "y unos mujaidines traidores, vendidos al Gobierno de Kabul, me engañaron. Me entregaron a la policía de seguridad afgana presentándome como un espía que había entrado ilegalmente en el país".

Sánchez definió como "inhumanas" las condiciones que sufrió durante más de tres meses de cautiverio. "Aquí [en España] los animales viven mejor que los presos en Kabul", señaló el periodista, cuya alimentación en prisión se limitaba, según su propio testimonio, a media patata para desayunar y otra media para cenar, además de un poco de "pan duro de soldado", una vez por semana. Aseguró que sus compañeros de penal eran torturados, pero que él no sufrió malos tratos porque era europeo. "La prisión de la película Expreso de medianoche", agregó, "sería una cárcel de cinco estrellas" comparada con el escenario de su cautiverio.

Para Sánchez, el Gobierno afgano "es cruel y despreciable". "No tiene nombre, ni comunista, ni socialista, ni popular, ni democrático", dijo.

Ni cámaras ni armas

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El periodista de Hospitalet, colaborador de la revista Ajoblanco, que llegó a Afganistán en el curso de un viaje emprendido un año antes y que le había llevado a India, Nepal, Bangladesh y Pakistán, aseguró haber demostrado ante las autoridades afganas que no era un espía, "porque no llevaba cámaras fotográficas ni armas; sólo mis libretas de notas". En este sentido, Sánchez había manifestado por la mañana ante los micrófonos de Catalunya Rádio: "Yo no soy musulmán, sino cristiano. Por tanto no me podían decir que había luchado contra los comunistas [al lado de los mujaidin], pero el juez ya tenía instrucciones de condenarme a cinco años de prisión".Sánchez señaló ayer que, a tenor de las experiencias de otros periodistas encarcelados en Afganistán, no esperaba ser liberado antes de siete u ocho meses. El periodista anunció que escribirá un libro sobre su experiencia en Afganistán, de la que conserva unas 800 páginas de apuntes.

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