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'Misterios sin resolver', el último realismo televisivo norteamericano

El pasado martes comenzó en TVE-2 la serie Misterios sin resolver, que es uno de los títulos representativos de una nueva generación de programas en la televisión norteamericana que parte de sucesos reales -en este caso crímenes de conocidos delincuentes fugitivos-, recreados en la ficción, y cifra su éxito en el decisivo componente participativo del telespectador.

Los reality shows, como se les, conoce, han levantado una encendida polémica en la que se dirime si esta nueva ola de programas, muchas veces utilizando las fórmulas de la prensa sensacionalista, es una amenaza para la dignidad y credibilidad de la información en el medio, o es simplemente una manifestación de la televisión del futuro, realizada por la generación que creció delante de la televisión y conoce, bien las particularidades del tubo catódico.

Misterios sin resolver se emite a las 15

00 por TVE2.

Simulacros

Entre los elementos esenciales de este tipo de programas está el recurso a las recreaciones o simulacros que le dan al show esa apariencia documental que para, los más críticos desdibuja definitivamente la frontera entre información y entretenimiento, creando confusión en el telespectador. En Misterios sin resolver se llama, misterios a las historias presentadas -tres o cuatro por episodios-, pero son claramente casos. El narrador, en esta primera serie -comenzó a hacerse en 1987- Raymond Burr, conmina al telespectador a prestar su colaboración para localizar a delincuentes incluidos en la lista de los hombres más buscados por el FBI. Les pide que observen fotografías y memoricen particularidades de estos fugitivos que, se advierte, "pueden ir armados y, todos ellos son extremadamente: peligrosos". El. telespectador hace de policía aficionado, y en la leyenda del programa figuran numerosos casos solucionados por esta colaboración. Para Robert Stack, el tercer presentador-narrador, después de Raymond Burr y Karl Malden, el atractivo del programa reside en estas "cosas extraordinarias que pueden pasarle a la gente corriente".Las reconstrucciones ficcionales, al estilo de los clásicos de las series policiacas, que se incluyen con éxito en Misterios sin resolver y en programas parecidos, como el controvertido El hombre más buscado, se dice que son la causa de que esta práctica se haya extendido al campo de los informativos tradicionales. Ésta fue una de las explicaciones barajadas en los recientes escándalos relacionados con la utilización de simulaciones, como si se tratara de la fimación de los hechos, por la cadena ABC, en el caso de la filmación del diplomático sospechoso de espionaje Félix Bloch (un simulacro que pasó en el informativo sin advertir que era tal), el pasado mes de julio, y el más reciente, que ha involucrado al conocido periodista de la CBS, Dan Rather, en una falsificación similar para un reportaje sobre la guerrilla afgana.

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