Los consejos aprueban la fusión de La Caixa y Caixa de Barcelona con escaso apoyo sindical
Los consejos de administración de La Caixa y Caixa de Barcelona, reunidos ayer por separado, aprobaron el protocolo de fusión entre La Caixa y Caixa de Barcelona para constituir la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona, que se convertirá en la primera entidad financiera de España y la segunda caja de ahorros de Europa. Los consejos aprobaron también los estatutos y el reglamento de la nueva caja. Seis de los ocho representantes de los empleados en el consejo votaron en contra del acuerdo por considerar que no se cumplen sus exigencias sobre representación en los órganos de gobierno.
Los representantes de Comisiones Obreras (tres en Caixa de Barcelona y uno en La Caixa), UGT (uno en Caixa de Barcelona) y el SEC (uno en La Caixa) votaron en contra del acuerdo. Los representantes de la Agrupación de Trabajadores de La Caixa (AT) votaron a favor de la fusión.En conjunto, la propuesta recibió 19 votos favorables y dos en contra en La Caixa, y 16 a favor, cuatro en contra y una abstención en el consejo celebrado en Caixa de Barcelona. Las votaciones fueron más favorables a la fusión ayer que el pasado 27 de julio, cuando se aprobaron las bases. Entonces, la propuesta recibió 11 votos favorables, 5 en contra y 5 abstenciones en Caixa de Barcelona. Buena parte de aquellos resultados se atribuyeron a la sensación de que la propuesta de fusión se asemejaba de alguna forma a una absorción. Esta sensación ha quedado en gran parte superada con el acuerdo alcanzado el pasado jueves en relación con el nombre definitivo de la futura entidad (véase EL PAÍS del 3 de noviembre), que será el de Caja de Ahorros y de Pensiones de Barcelona.
El protocolo de fusión confirma que el logotípo de la entidad será "La Caixa" y el símbolo la estrella de Miró, tal como se acordó en las bases de fusión.
Lo que no se ha superado de momento es la oposición de algunos sindicatos al proceso de fusión, básicamente Comisiones Obreras, UGT y una rama escindida del SEC (Sindicat d'Estalvi de Catalunya), y en buena parte el SECPV, que del seaban obtener la representación máxima en los órganos de gobierno prevista en el reglamento de la ley de cajas de la Generalitat. El acuerdo con los sindicatos es una de las cláusulas suspensivas que pueden impedir la fusión de las dos cajas aun en el caso de que ésta fuera aprobada el próximo día 30 de noviembre por las asambleas de las dos cajas.
El director general de La Caixa, Josep Vilarasau, remarcó anoche que se ha decidido que la representación sea matemáticamente simétrica. "Todos pierden representación. Los impositores tenían 150 representantes y ahora se han quedado en 58", explicó. Vilarasau restó importancia a la incidencia de este problema en el futuro de la fusión. El director general de La Caixa confirmó que el segundo organigrama de la nueva caja será aprobado por consenso más adelante.
Manuel García Biel, secretario de la sección sindical de Comisiones Obreras en la Caíxa de Barcelona, mostró su contrariedad porque los empleados sólo tendrán dos de los tres cargos de consejero a que aspiraban, y afirmó que la decisión es "un grave error que condiciona el proceso mismo de fusión".
Plusvalías
Los informes elaborados por los asesores externos del proceso señalan que la fusión generará unas plusvalías de 102.000 millones de pesetas, de los que el 50% se destinará a provisiones y el resto a fondos propios.El próximo 30 de noviembre las asambleas de ambas cajas deben ratificar el acuerdo, que está sometido a cuatro cláusulas suspensivas: la concesión de exenciones fiscales suficientes, acuerdo con los sindicatos, visto bueno del Banco de España y aprobación de la fusión por el Departamento de Economía de la Generalitat.
Tras la aprobación de las condiciones suspensivas y la elección de los órganos de gobierno, la asamblea de la nueva entidad estará compuesta por 58 representantes de los impositores, 50 de las entidades fundadoras y de interés social, 34 de las corporaciones locales y 18 del personal. En el Consejo de Administración, la representación será de ocho consejeros de los impositores, siete de las entidades, cuatro de las corporaciones y dos de los sindicatos.
Asimismo, el protocolo confirma el organigrama de la cúpula directiva, que no sufre ninguna variación respecto a lo ya anunciado: Juan Antonio Samaranch, presidente; Josep Joan Pintó, copresidente; Josep Vilarasau, director general; seis directores adjuntos, de los que cuatro corresponden a La Caixa (Ricard Fornesa, Isidre Falné, Abel del Ruste y Antoni Brufau) y dos a Caixa de Barcelona (Jordi González Calvete y Antoni Millet). El director general de Caixa de Barcelona, Joan Torres Picamal, presidírá el holding de empresas de servicios de la nueva caja.
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